Corral de Comedias: La Experiencia Teatral y el Público en el Siglo de Oro Español

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El Corral de Comedias: Un Espectáculo Ininterrumpido

El corral de comedias no acudía solo a una representación global de la comedia, sino a un espectáculo global e ininterrumpido. En ningún momento podía el escenario quedar vacío porque el pueblo se exasperaba; es lo que Lope de Vega llamaba la “cólera del español sentado”. El público no se calmaba si no se le ofrecía una obra que abarcara desde el Génesis hasta el Juicio Final. No era una representación tranquila: la gente hablaba, gritaba, criticaba lo que no le gustaba y alababa lo que sí.

La Estructura de la Representación

En el corral de comedias se encontraban las mujeres no nobles. Existen algunas dudas sobre si había gente en el tablado (escenario), al igual que en los teatros ingleses. Como la gente no cesaba su charla, incluso con el tono (instrumento de cuerda, viento o cacerola), la representación comenzaba con unos 150 o 200 versos que venían a ser una especie de presentación de la compañía. Esta era la captatio benevolentiae; tras esto, se ofrecían unas alabanzas a los mosquitos o a la ciudad donde se representaba.

Tras esta fase, comenzaba la obra. El teatro del Siglo de Oro se clasificaba en tres actos:

  • Jornada I: Se pasaba del tono a la alabanza y después a la Jornada I. Para captar la atención, la Jornada I solía empezar de alguna forma impresionante, concluyendo con una elevación del interés dramático (como en El burlador de Sevilla).
  • Entremeses: También aparecía lo que se conocía como entremés, que podía ser que en una tragedia de honor se representara un entremés de cuernos de maridos, produciéndose un contraste entre el entremés burlesco y la tragedia propiamente dicha.
  • Jornadas II y III: Tras esto, venían la segunda y la tercera jornada.

Diversidad y Composición del Público

Se encontraba una gran cantidad de géneros y subgéneros diferentes. En España, a diferencia de Inglaterra o Francia, al teatro acudía todo el mundo, desde el rey hasta la persona de más baja escala social. Cuando el dramaturgo construía su texto, sabía que iba a tener delante a un público de todo tipo: desde personas que podían entender los mitos hasta gente analfabeta. Los dramaturgos fueron capaces de construir un teatro que contentaba a todos y cada uno de los espectadores.

Distribución del Público por Clases Sociales y Sexo

El público en los corrales de comedias estaba separado según la condición social y el sexo:

  • Las mujeres ocupaban un lugar llamado la cazuela, por el calor y porque estaban muy apretadas.
  • La “chusma”, es decir, los soldados, los estudiantes, los mosqueteros, etc., ocupaban el lugar del patio. Estos tenían un enorme poder entre el público: ellos solos podían echar a perder la representación levantando la falda a las actrices, tirando tomates, pepinos, etc. Tenían carracas, cencerros y silbaban.
  • Junto al patio y la cazuela, se sentaba en las gradas un público medio burgués.
  • La gente principal ocupaba los aposentos bajos y altos, es decir, esas ventanas del edificio que daban al corral, desde donde no podían ser vistos.
  • Arriba del todo se sentaba la tertulia y la gente culta.

Era un teatro masivo, por lo que los precios no eran excesivamente caros para que todos pudieran asistir a él.

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