La Cosmovisión Azteca: Calendarios, Mitos y la Palabra de los Tlamatinime

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La Palabra y el Mundo de los Aztecas

Entonces, cabe descender a la palabra de los aztecas.

¿Cómo articulaban su mundo, este mundo, los aztecas?

Los Tlamatinime: Guardianes del Saber

Una figura, un personaje, destaca: los tlamatinime (literalmente, 'los que saben algo, los que saben cosas'). Eran los guardianes de la memoria, los dueños de la tinta negra y de la tinta roja; los cuerpos apalabrados a los que se había instruido y entrenado para que contuvieran, para que guardaran en sí, el patrimonio cultural, religioso, espiritual, histórico y referencial de los aztecas. Junto a ellos, los amoxtli, los libros de pinturas.

La palabra y la enunciación por la palabra de los aztecas se articulaban en torno a dos parámetros:

  • Lo cósmico y el calendario.
  • Lo social.

La Medición del Tiempo: Los Calendarios Aztecas

Manejaban dos calendarios principales:

  1. Calendario ceremonial (Tonalpohualli): de 260 días.
  2. Calendario civil (Xiuhpohualli): de 365 días.

El Calendario Ceremonial

La combinatoria del calendario ceremonial se reducía a establecer las relaciones de la siguiente manera: 20 divinidades (que representan los días) combinadas de 13 en 13. La primera serie iba del 1 al 13; la segunda comenzaba con la posición 14 de las veinte divinidades de su panteón que representan a los días. Al llegar a la posición 20, se volvía a la posición 1, es decir, 20 + 1 de nuevo. Eso hacía que 260 días después, se volviera a repetir la misma progresión.

El Calendario Civil

El calendario civil estaba compuesto por 18 meses de 20 días, que suman 360 días, a los que hay que añadir los llamados "5 días nefastos" (nemontemi) con los que se cerraba el año. Este era un tiempo que los sacerdotes aprovechaban para la penitencia y los ritos adivinatorios del futuro.

Nota: A diferencia de los aztecas, la primera posición de este tipo de calendario para los mayas era el 0, no el 1.

La Esfera Social: Eje de la Existencia

El segundo aspecto es el que alcanza a la esfera de lo social. Es el eje existencial que combina los cuatro elementos vistos y emparejados así: existencia-inmanencia y esencia-trascendencia. El eje de la existencia se descompone y especifica en:

  • Los acontecimientos
  • Lo mágico
  • Lo socio-religioso
  • Lo religioso

Las entidades a subrayar para los aztecas eran el nacimiento, el matrimonio, la muerte, las investiduras, los plebiscitos a los señores, el estreno de casas y de templos, los ritos de iniciación y la presentación en sociedad de los guerreros.

El Mito de Quetzalcóatl y la Creación

La figura que encarna esta historia es Quetzalcóatl. Él fue el encargado de buscar la materia prima del hombre para reparar, ordenar, acondicionar y crear la vida; para crear al hombre que conocemos. Con ello, trajo también el alimento, el maíz y el sustento. Con la creación del hombre por Quetzalcóatl se manifiesta la guerra de contrarios:

  1. La dialéctica de ser y no ser.
  2. El esfuerzo de la creación.
  3. Quetzalcóatl frente a Mictlantecuhtli.

Quetzalcóatl se manifiesta como luz, movimiento, viento, cielo, concha-fertilidad y codornices, mientras que Mictlantecuhtli se presenta como tinieblas, vacío, infertilidad y ave de muerte.

La Riqueza Expresiva de la Palabra Azteca

Lo que observamos en el mundo de los aztecas es una intricada y extraordinaria variedad expresiva. Las formas de la palabra incluían:

  • La palabra mítica.
  • La palabra épica.
  • La encantación mágica por las palabras.
  • La palabra antigua (huehuetlahtolli).
  • Los adagios.
  • La palabra ritual: una combinación de lo mágico con lo gestual. Son actos representativos con un carácter muy específico, pues lo expuesto en la explanada de los templos refiere estampas mítico-religiosas ineludibles e incuestionables para la vida de los aztecas. Ahí los sacerdotes cumplen con el signo.
  • El canto sagrado (cuícatl): Contiene los mismos elementos vistos. La diferencia está en la palabra del canto y la armazón lingüística que lo define como tal.

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