La Criminalización de la Pobreza y la Crisis de la Ética del Trabajo en la Sociedad de Consumo
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La Sociedad de Consumo y la Capacidad de Elección
En la sociedad de consumo, una regla central es que la libertad de elección requiere capacidad: tanto habilidad como decisión para poder elegir. El tipo de elección que se realice demostrará si se cuenta o no con aquella capacidad.
La Clase Marginada como Suma de Elecciones Erróneas
La clase marginada es la suma de muchas elecciones individuales erróneas: su existencia demuestra la falta de capacidad para elegir de las personas que la integran.
Las oportunidades deben ser reconocidas como lo que son y aprovechadas, y para ello hace falta:
- Capacidad
- Algo de inteligencia
- Alguna voluntad
- Cierto esfuerzo en el momento oportuno
Obviamente, a los pobres les faltan los tres casos. Las enseñanzas de la ética del trabajo son válidas para el que esté dispuesto a escucharlas, y hay oportunidades de trabajo a la espera de quien las quiera aprovechar. Lo demás queda en manos de los mismos pobres. No tienen derecho a exigir más.
La Ineficacia de la Ética del Trabajo
Si la pobreza sigue existiendo y aumenta en medio de la creciente riqueza, es porque la ética del trabajo resultó ineficaz. Pero si pensamos que la ineficacia se debe a que sus mandatos no fueron escuchados ni obedecidos, esta imposibilidad para escuchar y obedecer solo puede explicarse por un defecto moral o una intención criminal.
La Clase Marginada como Enemigo
La clase marginada es el enemigo del caso. Los marginados ofenden los más preciados valores de la mayoría al mismo tiempo que se aferran a ellos, y pretenden disfrutar los mismos placeres de que gozan quienes lo ganaron trabajando.
Pobreza Convertida en Delito
La pobreza convertida en delito tiende a anular ese impulso y es el mejor argumento en su contra. Al convertirse en criminales, los pobres dejan de ser un problema ético y liberan de aquella responsabilidad.
Evolución Histórica y la Odioforización
En las primeras etapas de la historia moderna, la ética del trabajo unía los intereses económicos con las preocupaciones éticas. Se requería gran cantidad de mano de obra para la industria en expansión, y de allí las inquietudes morales encontraron una salida legítima y realista en el trabajo.
Pero luego la situación cambió: el mensaje de la ética del trabajo entró en una nueva relación con la moral pública. A fines del siglo XX se adopta la:
ODIOFORIZACIÓN
Proceso por el cual los actos moralmente condenables pueden ser liberados de condena.