La Crisis de 1898: El Desastre Colonial Español en Cuba y Filipinas

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La Guerra Colonial y la Crisis de 1898

1. El Mantenimiento de las Últimas Colonias

Tras la emancipación de la América española, España conservaba, por un lado, Cuba y Puerto Rico, donde se desarrollaba una próspera agricultura de plantación (azúcar, tabaco, café), mantenida con mano de obra esclava; y por otro, Filipinas, establecida como nexo con Asia, y sin prácticamente población española.

Debido a la inactiva política exterior, España no se alió con ningún país, lo que dificultó el mantenimiento de dichos territorios.

2. El Inicio de los Conflictos en Cuba (1868-1895)

2.1. La Guerra de los Diez Años (1868-1878)

En 1868, a partir del Grito de Yara, una rebelión dirigida por Manuel Céspedes, se inicia la Guerra de los Diez Años en Cuba. A través de ella, los cubanos, junto con el apoyo de EE. UU., manifestaron, entre otros, el deseo de abolición de la esclavitud, lograda primero en Puerto Rico en 1873.

Más adelante (1878), el general Martínez Campos firmó la Paz de Zanjón, en la que se recogía un margen de autogobierno, la ampliación de la libertad comercial y el fin de la esclavitud. Sin embargo, la oposición de los grandes propietarios y de los negreros causó el retraso de las reformas, y el estallido de la Guerra Chiquita (1879-1880), rápidamente reprimida.

2.2. El Camino hacia la Independencia

En 1888 se abole de forma total la esclavitud, y cinco años después se lleva a cabo otro proyecto de reforma del régimen colonial, que vuelve a no tener aplicación y causa la creación por parte de José Martí del Partido Revolucionario Cubano.

Su objetivo era la independencia, y fue apoyado inmediatamente por EE. UU., que desde la aplicación del Arancel Cánovas en 1891, se encontraba respaldando a Cuba. Incluso hubo intentos por parte del presidente McKinley de comprar la isla a España.

3. La Guerra de 1895 y la Intervención de EE. UU.

3.1. La Reactivación del Conflicto

En 1895 se reactiva el enfrentamiento con el Grito de Baire, y tras la muerte de José Martí, el movimiento pasa a ser dirigido por Máximo Gómez y Antonio Maceo.

En un primer momento, las tropas españolas se encontraron a cargo de Martínez Campos, que fracasó en las acciones diplomáticas y bélicas que llevó a cabo, debido al paralelo desarrollo de levantamientos en Filipinas dirigidos por la Liga Filipina (José Rizal).

3.2. La Represión y el Desgaste Español

Las tropas españolas sufrieron un gran desgaste, y el general Weyler aumentó la represión a través de las *concentraciones* (estrategia para evitar el apoyo campesino a las guerrillas). Más tarde tomó el cargo el general Blanco, que propuso un proyecto de autonomía que no logró apaciguar la situación.

3.3. La Guerra Hispano-Estadounidense (1898)

En 1898, tras la explosión del acorazado americano Maine, EE. UU. lanzó un ultimátum a España para el abandono de la isla. La negativa española causó la declaración de guerra de EE. UU. La guerra fue breve:

  • EE. UU. aniquiló la armada española en la Batalla de Santiago.
  • Apoyó a Filipinas en la Batalla de Cavite.

Finalmente se firma el Tratado de París, por el que Cuba accede a la independencia, y Filipinas y Puerto Rico pasan a dominio americano.

4. Consecuencias de la Crisis de 1898

Todo este proceso tuvo consecuencias en distintos campos:

4.1. Consecuencias Sociales y Políticas

  • Causó la muerte de más de 120.000 personas, provenientes de clases populares, lo que derivó en la extensión del antimilitarismo en España.
  • Los militares responsabilizaron a los políticos y viceversa.
  • Se dio una desmoralización y una pérdida de la conciencia nacional, lo que causó la extensión de movimientos regionalistas y nacionalistas.

4.2. Consecuencias Económicas y Culturales

  • En el ámbito económico se produjo la pérdida de mercado, pero también una repatriación de capitales.
  • Nacimiento del Regeneracionismo. Destaca Joaquín Costa (autor de Oligarquía y caciquismo), que intervino en la política, afectando tanto a liberales (Canalejas) como a conservadores (Maura).
  • Nacimiento de una corriente intelectual y crítica de autores denominada Generación del 98, donde destacan Miguel de Unamuno o Azorín.

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