La Crisis Dinástica Española: El Problema Sucesorio de Carlos II y el Ascenso Borbónico

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La Crisis Sucesoria de la Corona Española

Este esquema de organización de la administración económica, jurídica y política de la Corona Española se va a mantener durante los dos siglos de dinastía de los Habsburgo. Sin embargo, a finales del siglo XVII, la Monarquía española se debate en una grave situación política, que deriva de su decaimiento frente a otras potencias europeas y, sobre todo, de la propia dinastía austriaca.

Carlos II: El Problema de la Consanguineidad

En la década de 1690, Carlos II, hijo de Felipe IV, presenta una salud muy precaria y enfermiza. Esto es consecuencia directa de la consanguineidad de siglos de matrimonios entre primos dentro de la Casa de Austria. Carlos II, conocido popularmente como «El Hechizado», se casó varias veces, pero no tuvo descendencia. Su inminente muerte sin herederos generó un grave problema en España y en toda Europa, pues no se sabía quién iba a heredar la Corona española.

La Preocupación Europea y los Bandos en la Corte

La preocupación por la sucesión era máxima, ya que la herencia española (que incluía vastos territorios en Europa, América y Asia) podría unirse al Imperio Austrohúngaro o a Francia, esta última la mayor potencia del momento. Políticamente, aparecieron bandos dentro de la propia Corte del monarca:

  • Partidarios del pretendiente francés.
  • Partidarios del pretendiente austriaco.

El Argumento a Favor de la Opción Francesa

Algunos ministros de Carlos II defendían la opción francesa, a pesar de que Francia era la enemiga fundamental de España (habían estado en guerra tres veces, la última en 1691-92, cuando la flota francesa bombardeó Alicante). Sin embargo, esta facción de ministros consideraba que el poderío militar de los franceses era el único capaz de evitar que el Imperio Español se disgregara y fragmentara, manteniendo así el territorio unido.

El Temor a la Disgregación y los Tratados de Reparto

Este temor a la disgregación se fundamentaba en que potencias como Francia, Inglaterra, Holanda, los Saboya italianos y el Emperador de Austria, conscientes de la debilidad del monarca español, estaban ya firmando Tratados de Reparto sobre el territorio español antes de su muerte. Los ingleses, en particular, estaban muy interesados en los territorios americanos y las islas del Caribe para establecer puertos estratégicos para el comercio. Estos tratados de reparto alertaron a los ministros españoles sobre la necesidad urgente de optar por una sucesión fuerte.

Los Candidatos y la Decisión Final

Inicialmente, Carlos II proclamó como heredero a un príncipe alemán católico, José Fernando de Baviera. Sin embargo, el príncipe de Baviera murió poco después, dejando nuevamente la incógnita sobre quién sería el nuevo rey.

La Elección de la Dinastía Borbónica

Finalmente, se optó por la dinastía francesa, en la persona de Felipe d’Anjou, nieto de Luis XIV, el «Rey Sol». La elección de Francia se basó en dos razones principales:

  • Desventaja Austriaca: El Imperio Austriaco o Austrohúngaro era un imperio oriental y lejano a la Corona española, sin salida al mar, lo que obligaría a atravesar territorios enemigos en caso de conflicto militar. Pese a su extensión, era militarmente menor.
  • Ventaja Francesa: La proximidad geográfica y el poderío militar de Francia. Además, era la principal potencia continental, lo que garantizaba la integridad territorial del Imperio Español frente a las ambiciones de otras potencias.

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