Las Crisis de España: Un Recorrido por 1898 y 1917

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La Crisis de 1917 en España: Un Año de Profundos Conflictos

El año 1917 fue un periodo de intensos conflictos sociales y políticos en España, en un contexto internacional marcado por eventos como la Revolución Bolchevique en Rusia. España, que se había mantenido neutral durante la Primera Guerra Mundial, vio en esta posición una gran oportunidad para su economía, pero internamente, las tensiones acumuladas estallaron en diversas esferas.

Crisis Militar de 1917

Hubo una crisis militar significativa, caracterizada por un número excesivo de oficiales en relación con el de soldados. Los llamados "africanistas" ascendían rápidamente por méritos de guerra, lo que generó descontento entre los oficiales "peninsulares". Esta situación llevó a la formación de las Juntas de Defensa, organizaciones militares que reclamaban mejoras salariales y profesionales, así como una mayor influencia en la política.

Crisis Política de 1917

La crisis política se manifestó en la continuidad de la corrupción y el sistema de turnismo. El gobierno decidió cerrar las Cortes, lo que provocó la indignación de representantes de la oposición, incluyendo nacionalistas y republicanos, quienes reclamaban su inmediata apertura. Ante la creciente inestabilidad, se proclamó el Estado de Excepción y se incrementó la censura previa, limitando las libertades civiles.

Crisis Parlamentaria de 1917

En el ámbito parlamentario, diputados y senadores de la Lliga Regionalista, republicanos y socialistas, entre otros, pidieron un cambio de gobierno y la convocatoria de Cortes Constituyentes. A pesar de que la convocatoria fue prohibida por el gobierno, la Asamblea de Parlamentarios se celebró en Barcelona, aunque fue disuelta por la Guardia Civil, evidenciando la profunda división entre el poder ejecutivo y la representación popular.

Crisis Social de 1917

La crisis social se agudizó con el acuerdo entre la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) y la Unión General de Trabajadores (UGT) para instar al gobierno a intervenir y contener la subida de precios o, de lo contrario, convocar una huelga general. La protesta, que inicialmente tenía un carácter económico, adquirió rápidamente una dimensión política, reclamando el fin de la monarquía y la instauración de un régimen republicano.

La incidencia de la huelga fue muy desigual geográficamente, siendo Madrid y Barcelona las ciudades donde tuvo mayor importancia. La respuesta del gobierno fue una fuerte represión, que incluyó la proclamación de la Ley Marcial. Finalmente, el movimiento huelguístico fracasó en sus objetivos políticos, aunque dejó una profunda huella en la conciencia social y política del país.

El Desastre de 1898: El Fin del Imperio Colonial Español

La crisis de 1898 marcó un punto de inflexión en la historia contemporánea de España, simbolizando el fin de su imperio colonial. Las colonias de Cuba y Puerto Rico se caracterizaban por un sistema de monocultivo (principalmente azúcar), mano de obra esclava y grandes beneficios para la burguesía criolla. Existían duras leyes arancelarias impuestas por la metrópoli, lo que favorecía una oligarquía esclavista y generaba un profundo descontento local.

Orígenes de la Guerra de Cuba

El origen de la Guerra de Cuba se remonta a 1868 con las primeras reclamaciones de independencia. Tras una década de conflicto, en 1878 se firmó la Paz de Zanjón, que prometía reformas y el fin de la esclavitud, lo cual se concretó poco más adelante. Sin embargo, las promesas no se cumplieron del todo, y en 1895 se produjeron nuevas insurrecciones, lideradas por figuras como José Martí, quien se convirtió en un símbolo de la lucha por la independencia cubana.

España envió al general Arsenio Martínez Campos para sofocar las revueltas, pero no pudo derrotar a la guerrilla cubana. Posteriormente, el general Valeriano Weyler, conocido por emplear métodos brutales como los campos de concentración (reconcentración), fue destituido debido a la presión internacional y la ineficacia de sus tácticas. Se intentó establecer un gobierno autonómico en Cuba, pero ya era demasiado tarde para evitar el conflicto mayor.

Intervención de Estados Unidos y Consecuencias

La proximidad de Estados Unidos y sus crecientes intereses económicos y geoestratégicos en la isla complicaron aún más el conflicto. La voladura del acorazado estadounidense Maine en el puerto de La Habana, cuya causa real aún es objeto de debate, fue el detonante. Los medios de comunicación americanos lanzaron una intensa campaña periodística contra España, y el presidente William McKinley declaró la guerra a España. La contienda fue un "paseo triunfal" para Estados Unidos, dada la superioridad militar y naval estadounidense.

La guerra terminó con la firma de la Paz de París en 1898. España se vio obligada a ceder Puerto Rico, Filipinas y Guam a Estados Unidos, además de conceder la independencia a Cuba bajo supervisión estadounidense. Esta humillante derrota provocó lo que se conoció como el "Desastre del 98", un trauma nacional que impulsó un profundo debate sobre la identidad y el futuro de España, dando lugar a movimientos regeneracionistas.

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