Crisis de la República Romana: De los Gracos al Asesinato de César
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Reforma de los Hermanos Graco
Los hermanos Tiberio y Cayo Graco, tribunos de la plebe, defendieron los intereses de los pobres e intentaron una reforma agraria. La llegada de productos a bajo precio hacía que los pequeños propietarios no pudieran competir, lo que los obligaba a abandonar sus tierras y entregárselas a los latifundistas. Además, la gran cantidad de esclavos provenientes de las conquistas limitaba las oportunidades de trabajo para los ciudadanos libres. Los beneficios de la conquista solo beneficiaban a una élite, mientras que el resto de la población se empobrecía cada vez más. Ambos hermanos fueron asesinados, pero sus ideas sobre el reparto justo de tierras perduraron.
Revuelta de Espartaco
Las conquistas romanas incrementaron el número de esclavos, quienes eran tratados de forma inhumana. Espartaco, un esclavo griego, encabezó un levantamiento junto a un ejército de esclavos fugitivos. La revuelta se extendió por Italia y derrotaron a varios ejércitos romanos. Su objetivo era abandonar la península itálica, regresar a sus lugares de origen y abolir la esclavitud. Finalmente fueron derrotados por Craso y Pompeyo, y crucificados a las afueras de Roma como escarmiento para los demás esclavos.
Primer Triunvirato
La famosa conjuración de Catilina contra la República reflejó el gran desorden social y político de la época. En este contexto, Pompeyo fue adquiriendo una gran importancia militar. Perteneciente al partido de los optimates, tras regresar a Roma se alió con Craso y Julio César, formando el Primer Triunvirato. Pompeyo aportaba el ejército, Craso el dinero y César el apoyo de los populares. Durante este periodo, César inició la conquista de las Galias, que duró 7 años y culminó con la anexión de este territorio como provincia romana. Gracias a sus conquistas y prestigio militar, César logró formar un gran ejército fiel y acumular una gran riqueza.
Guerra Civil entre César y Pompeyo
Tras la muerte de Craso en Oriente, Pompeyo se autoproclamó cónsul único. Ante esta situación, César regresó a Roma con su ejército y ocupó la ciudad, lo que desencadenó una guerra civil. Tras numerosas batallas, César derrotó a Pompeyo, quien se refugió en Egipto, donde fue asesinado. César se convirtió en el único señor de Roma, primero como dictador y luego como cónsul vitalicio.
César aumentó el número de senadores y obtuvo un gran apoyo del pueblo llano, ya que repartía tierras entre ellos y ordenaba la construcción de grandes edificios públicos en Roma. Probablemente, César aspiraba a convertirse en rey e instaurar una monarquía en Roma. Este hecho fue considerado una amenaza para la República, lo que llevó a su asesinato a manos de un grupo de senadores liderados por Casio y Bruto, hijo adoptivo de César.