La Crisis de la República Romana: De los Gracos a Sila
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Los Hermanos Graco y la Reforma Agraria
Tiberio Graco (133 a.C.)
En 133 a.C., Tiberio Graco se postuló para la reelección como tribuno de la plebe, un cargo que tradicionalmente no permitía la reelección. El Senado, opuesto a sus reformas, lo mandó asesinar, argumentando que actuaban en defensa de los principios republicanos.
Cayo Graco (123 - 121 a.C.)
Diez años después, en 123 a.C., su hermano Cayo Graco, también popular entre la plebe, fue electo tribuno. Impulsó la Ley Agraria para redistribuir la tierra pública entre los ciudadanos romanos y promover la colonización. Además, intentó debilitar el poder del Senado en favor de los equites, una clase social emergente de comerciantes y hombres de negocios.
Cayo Graco también propuso extender la ciudadanía romana a los latinos y otorgar más derechos a los itálicos. Sin embargo, esta propuesta fue rechazada tanto por la plebe como por el Senado, que temían perder su estatus privilegiado. Tras perder la reelección para el tribunado en 121 a.C., sus partidarios se manifestaron en el Monte Aventino, donde fueron reprimidos por el cónsul. Declarado enemigo público, Cayo Graco se suicidó y sus seguidores fueron asesinados. Estos eventos marcaron un punto de inflexión en la crisis de la República, demostrando la inestabilidad del sistema político.
La Primera Guerra Civil: Mario vs. Sila
El Ascenso de Mario (107 a.C.)
En 107 a.C., Cayo Mario, un talentoso general romano, se convirtió en el primer homo novus (hombre nuevo) en alcanzar el consulado. Tras sus victorias en la Guerra de Yugurta y en Hispania, Mario reformó el ejército romano, estableciendo un ejército profesional con soldados asalariados. Esta reforma tuvo consecuencias a largo plazo, ya que el principal incentivo de los soldados pasó a ser el botín de guerra, en lugar de la defensa del Estado.
Sila y la Guerra de los Socii (91 - 88 a.C.)
Lucio Cornelio Sila, un destacado general que había servido bajo Mario en la Guerra de Yugurta, se distinguió en la Guerra Social (91 - 88 a.C.). Esta guerra fue iniciada por los socii, aliados itálicos de Roma que, a pesar de tener obligaciones como el pago de impuestos, carecían de derechos ciudadanos. Sila, reconociendo la necesidad de una rápida resolución del conflicto, concedió la ciudadanía romana a los aliados, lo que le valió gran prestigio y le permitió alcanzar el consulado en 88 a.C.
El Enfrentamiento entre Mario y Sila (88 - 82 a.C.)
En 88 a.C., Sila fue designado para comandar la guerra contra Mitrídates VI del Ponto. Sin embargo, Mario, aliado con el tribuno de la plebe Sulpicio Rufo, logró que el Senado le otorgara el mando de la campaña. Sila, al enterarse, marchó sobre Roma con su ejército, obligando a Mario a exiliarse y recuperando el control de la situación. Posteriormente, partió hacia Asia para enfrentar a Mitrídates.
En 87 a.C., Mario regresó a Roma y, con el apoyo de Cinna, fue nombrado cónsul por séptima vez. Sin embargo, murió poco después debido a su avanzada edad. En 82 a.C., Sila regresó a Italia con su ejército y derrotó a los populares, liderados por Cneo Papirio Carbón y Cayo Mario el Joven. Tras su victoria, Sila fue nombrado dictador perpetuo, un cargo excepcional que le otorgaba poderes extraordinarios para restaurar el orden en la República.
Las Reformas de Sila
Sila implementó una serie de reformas para fortalecer el Senado y debilitar el poder de los tribunos de la plebe:
- Aumentó el número de senadores de 300 a 600.
- Restringió el poder de los tribunos de la plebe, limitando su capacidad para proponer leyes y vetar las decisiones del Senado.
Las reformas de Sila tuvieron un impacto significativo en la estructura política de la República Romana, aunque no lograron resolver la crisis subyacente que finalmente condujo al fin de la República y al establecimiento del Imperio Romano.