La Crisis de la Restauración (1902-1931): Alfonso XIII, Regeneracionismo y el Colapso del Sistema
El Reinado de Alfonso XIII: La Crisis de la Restauración (1902-1931)
Fue un periodo convulso. Se produjo la crisis del sistema de Cánovas por la crisis del turno de partidos. Se reforzaba la oposición republicana, nacionalista y los movimientos obreros. La sociedad y la economía experimentaban modernización. El sistema siguió una tímida línea reformista a principios del siglo, con un cierre del sistema político después. Alfonso XIII intentó un sistema autoritario sustentado por los militares, lo que finalmente le costó el trono.
1. Intentos de Modernización: Regeneracionismo y Revisionismo
Los primeros años del reinado de Alfonso XIII están marcados por el regeneracionismo desde el poder. Fue un serio intento de reformar el sistema de la Restauración desde dentro y adaptarlo a las nuevas demandas sociales. No cambió lo fundamental, pues fue incapaz de abrir el sistema político y hacerlo más participativo. La primera manifestación del revisionismo político fue la *revolución desde arriba* del gobierno conservador de Maura. Lo más importante fue la tímida reforma de la legislación laboral que mejoraba la condición de los obreros. La creación del Instituto Nacional de Previsión no empezó a tener resultados hasta 1919.
La única reforma política fue la Ley de Reforma Electoral de 1907, que concedía el escaño en las circunscripciones en que se presentara un solo candidato, lo que maquilló el fraude electoral. El partido liberal de Canalejas llevó a cabo un regeneracionismo político: nuevas leyes laborales, eliminación del impuesto de consumo, Ley del Candado, y Ley de Reclutamiento que eliminaba el soldado de cuota. En Castilla y León (CyL), los partidos del turno obtenían victoria aplastante por el caciquismo. El campesinado castellano optó por el agrarismo, pensamiento que culpabilizaba de sus males a los obreros industriales. Militó en los sindicatos y círculos católicos.
2. La Crisis de 1909 y 1917
2.1 Crisis de 1909: La Semana Trágica
Fue la primera crisis grave que sufrió el sistema de la Restauración tras la Guerra de Cuba. No respondía a ninguna ideología concreta; fue una explosión de descontento popular. Entre los amotinados había anarquistas, republicanos y catalanistas que tomaron las calles de la ciudad durante una semana. Quemaron conventos, ya que las clases urbanas identificaban a la Iglesia con el orden constituido y con los intereses de las clases dominantes. La quema fue vista como un signo de barbarie y desorden público. La respuesta del gobierno de Maura fue el uso de la fuerza y la represión exagerada, lo que le costó perder el poder.
2.2 Crisis del Turno de Partidos: 1917 y 1921
La Semana Trágica y el asesinato de Canalejas abrieron un periodo en que se manifestó la crisis del partido de turnos y el propio turno de partidos. La crisis de los partidos de turno se debió a que no eran partidos de masas y dependían demasiado de líderes como Cánovas, Sagasta o Canalejas. Cuando desaparecieron, la falta de liderazgo produjo luchas internas por el poder. Entró en crisis el sistema del turno que permitía la alternancia pactada entre el Partido Conservador y Liberal.
El Refuerzo de la Oposición
La oposición política se reforzaba a principios del siglo XX. Adquirieron fuerza los partidos republicanos. Se siguieron desarrollando los partidos obreros y anarquistas. Los anarquistas organizaron su sindicato, la **CNT**. Destacaron los partidos nacionalistas. Se siguió desarrollando el nacionalismo catalán conservador. Surgió un nacionalismo catalán de izquierdas y republicano: *Esquerra Republicana de Catalunya*. El nacionalismo vasco (**PNV**) se moderó.
Impacto de la Primera Guerra Mundial y la Crisis de 1917
España no participó en la Primera Guerra Mundial (IGM), pero tuvo efectos económicos y sociales. Durante la guerra, España suministró materias primas y alimentos, lo que hizo que aumentaran las exportaciones. Esto provocó un ascenso generalizado de los precios. Las clases bajas perdieron poder adquisitivo y aumentó el descontento y la conflictividad social.
Estos problemas, más el descontento del ejército, precipitaron la crisis de 1917. Se crearon las **Juntas Militares de Defensa** y se sublevaron por la pérdida del poder adquisitivo de los militares y el favoritismo. Este manifiesto supone la reaparición del protagonismo del ejército en política. Alfonso XIII lo apoya.
La **Asamblea de Parlamentarios**, reunida en Barcelona por iniciativa de Cambó, pretendía unir a toda la oposición política al sistema de la Restauración, pero fracasó. La **Huelga General** promovida por socialistas y anarquistas fue importante. Reivindicaban un cambio en el sistema político. El gobierno se negó a negociar y usó la fuerza. Tras la crisis se intentó revitalizar el sistema con gobiernos de concentración, pero fracasaron. Al rey solo le quedaba la vía militar.