Crítica de Hume a la causalidad y la metafísica
Clasificado en Filosofía y ética
Escrito el en español con un tamaño de 2,19 KB
Principio de casualidad
Se consideraba que existía una conexión real y necesaria entre la causa y el efecto. Según esta concepción era posible remontarse al conocimiento de una causa partiendo del efecto y también se podrían prever los efectos a partir de una causa. Hume criticó este planteamiento pues solamente podríamos aceptar una idea si tenemos la impresión de la que es copia tal idea. Si no encontramos esa impresión, debemos rechazar la idea por ilegítima.
Ejemplo de causalidad
Pensemos en el siguiente ejemplo: “El fuego calienta el agua”. Entre el fuego y el calentamiento del agua existe una relación causal, siendo el fuego el responsable (causa) del efecto (calentamiento del agua). Esta relación se concibe como necesaria, cuando en realidad lo único que observamos es que un hecho va seguido de otro fenómeno: siempre que sucede uno, aparece el otro. Esa idea de conexión necesaria no es real, sino producto de nuestra imaginación; es decir, nos dejamos llevar por la costumbre o el hábito al considerar que siempre sucederá así.
Creencias y conocimiento
Necesitamos apoyarnos en ciertas creencias para que el mundo no se vuelva caótico e imprevisible. Sin embargo, una creencia nunca podrá proporcionarnos conocimiento universal y necesario.
Metafísica
Hume clasifica los tipos de conocimiento distinguiendo entre relaciones de ideas y cuestiones de hecho. La metafísica no puede enmarcarse en ninguna de esas dos categorías, puesto que no trata de relacionar ideas o conceptos ni trata de hechos que puedan comprobarse en la experiencia. Por tanto, la metafísica solamente serían opiniones sin consistencia ni fundamento.
La idea que tenemos de sustancia es la de una realidad objetiva que es el soporte de las cualidades que causan nuestras impresiones. Siguiendo el criterio de validez de Hume, no podemos dar por válida la idea de sustancia en cuanto que no encontramos en la experiencia la impresión de la que es copia. Por tanto, la idea de sustancia es únicamente producto de nuestra imaginación.
Aplicando el mismo criterio de validez a la idea de alma o Dios, tendríamos que llegar a la misma conclusión.