La Crítica Nietzscheana de la Moral: Instintos, Valores y Juicio
Clasificado en Filosofía y ética
Escrito el en español con un tamaño de 3,93 KB
La Crítica Nietzscheana del Juicio Moral
Nietzsche postula que el juicio moral, la distinción entre lo bueno y lo malo, no es más que una invención del lenguaje, un instrumento de dominación sobre el ser humano. Estas realidades ficticias, creadas para “aborregar” o controlar a las masas, las conducen por caminos preestablecidos. Para Nietzsche, no se pueden experimentar; son el fruto de la invención de los “señores” (los poderosos), y la humanidad se deja guiar por ellas como “borregos guiados por un faro”.
Estas invenciones sobre lo bueno y lo malo son, según él, artificiales y antinaturales. A diferencia del juicio religioso, que se basa en la creencia en Dios o en un ente superior, el juicio moral es erróneo porque no se fundamenta en hechos. No existen hechos morales; estos son creados únicamente para guiar la vida y conducirnos por el camino que interesa a quienes los promulgan. La moral y la religión son, en este sentido, síntomas de un desconocimiento de la realidad, designando una verdad artificial basada en invenciones. El juicio moral, por tanto, es una herramienta de manipulación y no debe tomarse como una pauta a seguir, ya que su creación se basa exclusivamente en intereses de control.
Interpretación del Juicio Moral
El juicio moral es una interpretación que intenta establecer lo bueno y lo malo, supuestamente basada en fenómenos morales. Sin embargo, para Nietzsche, estos fenómenos no existen, “no son señalables”. No hay un bien ni un mal absolutos; solo existen bienes y males relativos: lo “bueno” es aquello que favorece la vida, mientras que lo “malo” es lo que la degenera. Ante la imposibilidad de conocer la verdad absoluta, el ser humano crea una verdad artificial debido a su necesidad de saber. A estos filósofos tradicionales, Nietzsche los denomina “filósofos-momia”.
El Inmoralismo Nietzscheano
El inmoralismo, concepto central en la filosofía de Nietzsche, busca devolver el valor a los instintos naturales, lo que él llama la “naturalización de la moral”. Esta moral proviene del cuerpo inconsciente, es decir, depende de la fisiología y es innata, representando la parte animal del hombre.
Moral Sana y Moral Contranatural
El comportamiento humano, regido por normas morales que indican lo que se debe y no se debe hacer, no se basa en normas naturales. Por ello, es posible escapar de ellas; son antinaturales, criticables y susceptibles de ser eliminadas. Nietzsche considera que la mayoría de los sistemas morales son antinaturales y, por tanto, rechazables.
Estos sistemas intentan reprimir los instintos, aquello que caracteriza la vida y le da un sentido pleno, aquello que demandan los sentidos. Negar los instintos supone “matar la vida” y castrarla. Una persona sin pasiones y sin instintos es, para Nietzsche, un “muerto en vida”. La única moral sana es aquella que obedece los instintos y se deja llevar por ellos sin temor.
Moral Contranatural
La moral contranatural es la moral artificial que ha imperado en la cultura occidental. Esta implica negar los instintos y castigar la vida, prohibiendo aquello que los instintos nos demandan. Fue creada por los “señores” (gobernantes) para que la población se comportara bajo sus órdenes, como “borregos”.
Moral Sana
La moral sana, promulgada por Nietzsche como la más sensata, se basa en la distinción entre lo bueno (lo que favorece la vida) y lo malo (lo que va en contra de ella). Obedece la voz de los instintos y se deja llevar por ellos.
Surge entonces la pregunta: si realmente decimos que la moral no existe y debemos dejarnos llevar por los instintos, ¿se puede seguir llamando “moral” a este comportamiento?