Crónica de las Guerras Púnicas: El Conflicto Épico entre Roma y Cartago (218-146 a.C.)
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La Segunda Guerra Púnica: El Desafío de Aníbal
3.8. Inicio de las Hostilidades y la Invasión de Italia
Fue declarada la guerra a los cartagineses. Entonces, Publio Cornelio Escipión, con su ejército, partió hacia Hispania, mientras Tiberio Sempronio partió hacia Sicilia.
Aníbal, dejando a su hermano Asdrúbal en Hispania, cruzó los Pirineos. Se abrió paso a través de los Alpes. Aníbal condujo a Italia un ejército formidable:
- 80.000 infantes
- 10.000 caballeros
- 37 elefantes
3.9. Primeros Enfrentamientos y Derrotas Romanas
Publio Cornelio Escipión fue el primero que se enfrentó a Aníbal. Empezado el combate, huidos los suyos, él mismo herido regresó al campamento. Tiberio Sempronio Graco luchó cerca del río Trebia. También fue derrotado. Muchos se rindieron a Aníbal en Italia.
Luego, al llegar a la Toscana, Aníbal se enfrentó al cónsul Flaminio. Lo mató a él mismo; 25.000 romanos fueron asesinados, y los demás huyeron. Posteriormente, los romanos enviaron a Quinto Fabio Máximo contra Aníbal.
3.11. Consecuencias de la Batalla y la Crueldad de Aníbal
Después de esa batalla, muchas ciudades italianas, que habían obedecido a los romanos, se pasaron a Aníbal. Aníbal ofreció a los romanos que rescataran a los cautivos. Él después mató a todos con diversos suplicios y envió tres modios de anillos de oro a Cartago, que había arrancado de las manos de los caballeros romanos, senadores y soldados.
3.14. El Asedio de Roma y la Situación en Hispania
Diez años después de que Aníbal había llegado a Italia, siendo cónsules Publio Sulpicio y Cayo Fulvio, Aníbal se aproxima hasta el cuarto hito de la ciudad, y su caballería continuó hasta la puerta. Luego, ante el temor de los cónsules que se acercaban con su ejército, Aníbal se retiró a Campania.
En Hispania, los dos hermanos Escipión (Publio y Cneo), que habían sido victoriosos durante muchos años, fueron asesinados por las fuerzas de Asdrúbal, aunque el ejército romano permaneció intacto.
3.20. Escipión en África y el Declive Cartaginés
Catorce años después de que Aníbal había llegado a Italia, Escipión, que había hecho muchas cosas buenas en Hispania, fue nombrado cónsul y enviado a África. Allí, en África, luchó contra Hanón, jefe de los africanos, y aniquiló su ejército. Capturó a Sifax, rey de Numidia, que se había unido a los africanos, e invadió su campamento.
Sifax, con los más nobles numidios e innumerables despojos, es enviado a Roma por Escipión. Al oír esto, casi toda Italia abandonó a Aníbal.
3.21. La Paz Solicitada y la Batalla Final
En el año decimoséptimo, Italia fue liberada de Aníbal. Los embajadores cartagineses solicitaron la paz a Escipión.
3.22. La Ruptura de la Paz
Mientras tanto, al acercarse Aníbal a África, la paz se vio perturbada, y los africanos cometieron muchos actos hostiles. También Aníbal, vencido en frecuentes batallas por Escipión, pidió él mismo la paz.
3.23. El Triunfo de Escipión
Entretanto, se libró una batalla decisiva entre ambos generales. Escipión, victorioso, se retiró. Tras este combate, se firmó la paz con los cartagineses. Escipión regresó a Roma, triunfó con gran gloria y desde entonces fue llamado Africano. La Segunda Guerra Púnica terminó después de diecinueve años.
La Tercera Guerra Púnica y la Conquista de Numancia
4.10. El Asalto Final a Cartago
Posteriormente, se inicia la Tercera Guerra contra Cartago, en el año seiscientos dos de la fundación de la ciudad, durante el consulado de Censorino y Manilio, cincuenta y un años después de que terminara la Segunda Guerra Púnica. Estos marcharon a Cartago para atacarla. Escipión, entonces, nieto de Escipión el Africano, era tribuno militar allí. Gracias a él, los cónsules lograron muchos éxitos.
4.17. La Caída de Numancia
Posteriormente, el cónsul Quinto Pompeyo, derrotado por los numantinos, firmó una paz ignominiosa. Después de él, el cónsul Mancino firmó otra paz vergonzosa con los numantinos. Tras tanta deshonra, Publio Escipión Emiliano (el Africano menor), nombrado cónsul por segunda vez, fue enviado a Numancia. Finalmente, después de un largo asedio, la conquistó por hambre.