Cronología de las Civilizaciones Antiguas en la Península Ibérica

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El Neolítico

El Neolítico se caracteriza por la introducción de la agricultura, la ganadería, la cerámica y otros objetos innovadores. Se divide en dos fases principales:

  • Neolítico Inicial (NI)

    Datado en el VI milenio a.C., se localiza principalmente en el Levante y la Andalucía oriental. Destaca por la cerámica cardial y los yacimientos en cuevas, marcando las primeras prácticas agrícolas.

  • Neolítico Pleno (NP)

    Abarca del V al III milenio a.C. y se extiende por el interior peninsular. Se distingue por la cerámica a la almagra, el desarrollo de llanuras agrícolas, la aparición de poblaciones estables y las primeras necrópolis, lo que indica una incipiente estratificación social.

El Calcolítico

A mediados del III milenio a.C., se inicia el trabajo del cobre. Destaca la cultura de Los Millares, con obras de carácter complejo y necrópolis colectivas, que incluyen el megalitismo y los vasos campaniformes.

La Edad del Bronce

Periodo caracterizado por el desarrollo de la metalurgia del bronce.

  • Bronce Inicial (BI)

    Entre 2250 y 1900 a.C., se desarrolla la Cultura del Argar, junto con otras como la de La Motilla.

  • Bronce Medio (BM) y Bronce Final (BF)

    Desde 1300 hasta 750 a.C., la cultura de Las Cogotas se asienta en este periodo.

Los Fenicios

Procedentes de Tiro y Sidón, llegaron a la península en busca de minerales. Establecieron factorías en las costas atlánticas (como Gadir) y mediterráneas. Su relación con los pueblos nativos llevó a una significativa aculturación, introduciendo el torno alfarero y la escritura alfabética, entre otras innovaciones.

Los Griegos

También interesados en los minerales, llegaron en el siglo VI a.C. Fundaron colonias como Marsella (Massalia) y factorías por la costa levantina, desplazando progresivamente a los fenicios. Destacan asentamientos como Emporion (Ampurias). Introdujeron las monedas, el cultivo de la vid y el olivo.

Los Cartagineses

Originarios de Cartago, heredaron el comercio fenicio en el Mediterráneo occidental. Establecieron importantes enclaves como Ebusus (Ibiza) y Baria (Villaricos). Sus Guerras Púnicas con Roma llevaron a la expansión de la familia Barca, que fundó Carthago Nova (Cartagena).

Tartessos

Entre las culturas locales en contacto con los colonizadores, la más importante fue Tartessos, ubicada en el sur de la Península Ibérica entre el 1000 y el 500 a.C. Su gobierno era una monarquía apoyada por una aristocracia comercial. La economía se basaba en la ganadería, la agricultura y la orfebrería. Su religión estuvo influenciada por los fenicios. Desapareció en el siglo VI a.C., posiblemente por el agotamiento de las minas o el dominio cartaginés.

Los Celtas

Pueblos de origen indoeuropeo que llegaron en el I milenio a.C., penetrando por los Pirineos y asentándose en el centro, oeste y norte peninsular. Su economía y estructura social estaban poco desarrolladas, destacando su metalurgia. Se organizaban en clanes y tribus, con un marcado carácter guerrero y poblaciones fortificadas (castros).

  • Pueblos del Norte: Cántabros, Astures, Bastones.
  • Pueblos del Centro: Vetones.
  • Ubicación adicional: También se encuentran grupos con características similares a los celtas en el Sistema Ibérico y el centro-oriental de la Meseta (Celtíberos).

Los Pueblos Iberos

Ubicados en el sur y levante peninsular, estuvieron fuertemente influenciados por fenicios y griegos, manteniendo rasgos culturales comunes en su religión y lengua. Se caracterizaban por sus poblaciones amuralladas, una sociedad jerarquizada, una economía basada en la agricultura y ganadería, y el uso de la escritura. Un ejemplo destacado es la región de Turdetania.

La Romanización

Fue el proceso mediante el cual Roma llevó a cabo la asimilación de los pueblos conquistados a todos los niveles, adaptando su lengua (el latín), cultura, organización y modelo de vida romano.

El Reino Visigodo

Durante el primer siglo de su existencia en la península, los reyes visigodos tuvieron que luchar para unificar el territorio. La ausencia de un derecho de herencia al trono establecido generó constantes rivalidades entre los aspirantes. Existían graves diferencias sociales y una fuerte oposición de los hispanorromanos. La gran rivalidad entre los nobles y todos estos problemas internos facilitaron la llegada de los bereberes a la península, quienes finalmente derrotaron a Don Rodrigo en la decisiva Batalla de Guadalete.

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