Cultura, Ideología y Símbolos: Una Exploración de la Sociedad

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Contenidos de la Cultura

Ninguna institución, acto social o relación humana se puede entender adecuadamente a menos que tengamos en cuenta las expectativas, las ideas, las creencias, los valores y los conocimientos que implican. En todos los lugares, las personas actúan con base en sus conocimientos y creencias, y si algo es cultural, definido o creído como real, es real en sus consecuencias. Nuestros hechos y creencias no están separados de forma tajante; nuestra vida social está constituida de manera coherente y ordenada, y en cierta medida, es comprensible y predecible, tanto para quienes la viven como para quienes la observan. De esta manera, en nuestra acción social, lo que se piensa que es real se trata como real, y ese tratamiento contribuye a la confirmación de la realidad.

Cuando hablamos de las ideas que hay en la sociedad, nos referimos al sistema de creencias y valores que comparten sus miembros. Esto incluye tanto los conceptos de lo que es como el concepto de lo que debe ser. Ambos aspectos son inseparables.

La estructura de las ideas incluye los conocimientos técnicos e instrumentales, es decir, el conjunto de procedimientos y categorías regidos por el valor de la eficacia y que se utilizan para conseguir una meta determinada. Para llevar a la práctica algunos conocimientos técnicos, se necesitan herramientas e instrumentos. Por el contrario, otros conocimientos no requieren su utilización. Aunque a primera vista no sea notorio, las técnicas son mucho más importantes que las herramientas, puesto que incluyen el conocimiento social aprendido para hacer herramientas. No debemos olvidar que todas las técnicas están dirigidas hacia un fin determinado y se consideran eficaces dentro de ese contexto cultural y social. Los conocimientos técnicos están unidos al sistema de creencias de una sociedad, y los aspectos instrumentales y expresivos son inseparables.

Las Creencias e Ideologías

Cada cultura proporciona a sus individuos respuestas explícitas e implícitas a las preguntas de ¿Cómo es el mundo?, ¿Cómo ha llegado a ser así? o ¿Cuál es la relación entre el hombre y el mundo? Con estas preguntas y sus respuestas, nos adentramos en el complejo universo de las creencias, es decir, las ideas que se tienen sobre la naturaleza, el lugar del hombre en el universo, las relaciones entre los hombres, etc.

Creencias

Las creencias son concepciones sobre la realidad, desarrolladas históricamente y transmitidas socialmente. Algunas son muy específicas y se refieren a uno u otro aspecto del mundo, de los actos que hacemos o de las personas. Éstas forman conjuntos de creencias que se denominan dominios (el concepto del poder, la creencia acerca de la autoridad...).

Otras creencias se refieren a las diferencias entre los distintos dominios. Dentro de una cultura, las creencias tienden a formar un sistema relativamente coherente; son razonables entre sí y se refuerzan mutuamente. Esto no significa que no existan contradicciones entre ellas o que los sistemas de creencias estén integrados totalmente, sino que muestran una tendencia a la coherencia interna.

Algunas creencias son compartidas por casi todos los miembros de una sociedad. Otras son específicas de un subgrupo o categoría social, y otras son sustentadas por algunos individuos. Cada una de estas creencias constituye sistemas a distintos niveles:

  • Cuando es compartida por la inmensa mayoría, se llama ideología.
  • Cuando las creencias son compartidas por un grupo de esa mayoría, se llama subcultura.
  • Cuando el sistema de creencias es de un individuo, se suelen llamar aspectos de la personalidad.

Ideología

En nuestra historia intelectual moderna, el término "ideología" ha sido ideologizado, no solo en el uso corriente, sino también en las ciencias sociales.

En la actualidad, este concepto tiene una concepción predominante que la presenta como algo valorativo, lo cual equivale a decir normal, o algo peyorativo. De hecho, hoy en día, este concepto se aplica a aquellos grupos o individuos que son rígidos en sus opiniones y, por tanto, están siempre en el error.

Por ideología podemos entender aquella parte de la cultura a la que le concierne, de un modo activo, el establecimiento y la defensa de las pautas de creencia y de valor.

La ideología es un sistema cultural, como lo son también la ciencia y la religión. Estos sistemas culturales transmiten información sobre las estructuras de las distintas situaciones, pero la información que transmiten es distinta aunque la situación sea la misma.

La ideología es la dimensión justificativa del hecho social, la ciencia es la dimensión diagnóstica y crítica de la cultura, y la religión es la dimensión trascendental y salvadora.

En todas las sociedades, la mayoría de las personas se las arregla para pasar la vida con una ideología frágil que solemos denominar mentalidad. Esto no significa que las personas carezcan de creencias o valores sociales, sino que su ideología está implícita en los roles sociales que desempeñan y en las instituciones en las que participan.

En realidad, las ideologías sistemáticas surgen en épocas de conflicto y tensión, cuando se ponen en duda las opiniones y las normas de la vida común y no existen modelos alternativos ante una situación social problemática.

También se da coherencia entre las distintas estructuras de la ideología, al igual que en las creencias.

Los Valores y Normas Sociales

Valores

Junto a las creencias, se encuentran las ideas sobre lo que debe ser, es decir, el mundo de los valores. Cuando hablamos de valores, no nos referimos a las cualidades objetivas de las cosas, sino a lo relacional (valores para alguien). De esto se deduce que los valores están dentro del mundo del comportamiento selectivo de cada persona.

Los valores son concepciones de lo deseable que influyen en el comportamiento selectivo de los individuos. Esta definición establece una distinción entre lo deseado y lo deseable, identificando lo deseable con lo que se debe desear.

Un valor es todo lo que le interesa a un ser humano. El hombre no es indiferente al mundo, ya que, explícita o implícitamente, considera las cosas, los actos, etc., como buenos o malos, verdaderos o falsos, con virtudes o vicios...

Los valores nos sirven como criterio de selección para nuestras acciones. Las personas preferimos unas cosas a otras, seleccionamos un tipo de acción u otra y, en función de ello, juzgamos la conducta de los demás y la propia.

Los valores son estados mentales, no cosas ni objetos; establecen las bases para la aceptación o el rechazo de las normas sociales.

Cuando hablamos de valores, nos referimos a los que están institucionalizados, con los que está de acuerdo la inmensa mayoría de los miembros de una sociedad. Se refiere a los valores morales, estéticos y éticos que caracterizan a nuestro sistema sociocultural. Los valores que mantienen los miembros de una sociedad suelen formar un sistema coherente.

No debemos confundir valores con normas. Las normas sociales son reglas para que los individuos se comporten de un modo determinado. Surgen a partir de los valores, creencias e ideologías, y nos indican lo que debemos o no hacer las personas en circunstancias concretas. Estas normas sociales se pueden dividir en cuatro grandes bloques:

  • Usos populares: práctica convencional aceptada como apropiada, pero no obligatoria.
  • Costumbres: normas sancionadas desde el punto de vista ético.
  • Hábitos: comprenden los usos y costumbres establecidos por el tiempo, aquellas prácticas que han llegado a ser aceptadas como formas de conducta. Son sancionadas por la tradición y se apoyan en la presión que ejerce la opinión del grupo.
  • Leyes: reglas establecidas por quienes ejercen el poder político, y su obligatoriedad se garantiza con los cuerpos coercitivos del Estado.

Los Símbolos y la Comunicación

Los seres humanos vivimos en un mundo de significados, y todo significado humano es accesible a los demás.

Algunos significados son más accesibles que otros. Además, hay significados que se dan por supuestos en nuestra vida cotidiana, pero existen otros que caracterizan a otros grupos humanos o sociedades. El acceso a estos últimos significados no es tan fácil de conseguir. Para adquirir los de otra cultura, necesitamos “procesos específicos de iniciación”.

Los modos y canales por los que nos comunicamos son dispares y complejos, pero el tipo de comunicación humana más compleja es la que realizamos con acciones expresivas que funcionan como señales, signos y símbolos.

  • En la señal, el mensaje transmitido y la identidad portadora de éste son aspectos del mismo proceso.
  • En el signo, la relación entre el mensaje transmitido y la identidad portadora es metonímica. Literalmente, el signo es una figura retórica.
  • En el símbolo, la relación es metafórica. El significado va mucho más allá de un determinado contexto social. Los símbolos sintetizan y ordenan las creencias y valores que mantienen los miembros de la sociedad. Por otro lado, modelan y dirigen el desarrollo de nuevos conocimientos del grupo. Y, por último, tienden a asegurar las viejas tradiciones.

Los símbolos o sus sistemas pueden ser considerados como fuentes externas de información, ya que se trata de mecanismos extrapersonales por los cuales percibimos, entendemos, juzgamos y manipulamos el mundo.

A la vez, también son fuentes de información porque nos proporcionan una estructura para la organización de los procesos orgánicos, las pautas culturales, religiosas, etc.

En definitiva, nos proporcionan un patrón para la organización de los procesos sociales y psicológicos.

Una característica importante es que, mediante los símbolos y los esquemas de símbolos, se facilita la objetivación, retención y acumulación de la experiencia humana, acumulación que es selectiva y en virtud de la cual se forma lo que se denomina acopio social de conocimientos, que se transmite de generación en generación.

Otra característica de los fenómenos simbólicos reside en su carácter público, es decir, son formulaciones tangibles de conocimiento, abstracciones de nuestra experiencia. En definitiva, este carácter público da formas concretas a ideas, actitudes, juicios o creencias. Por eso, podemos decir que las formas simbólicas son acontecimientos sociales.

Otra característica muy importante estriba en que los símbolos proporcionan a las personas un medio de representar ideas abstractas (amor, poder, solidaridad, autoridad, etc.) que, teniendo importancia para las personas, nos resultan muy difíciles de representar.

El simbolismo es eminentemente expresivo; es un modo de decir algo y debe comprenderse, por tanto, en los términos de los significados que transmite. Siempre que se dice algo simbólicamente, es porque se considera que vale la pena decirlo. Ésta es otra característica importante de los símbolos: lo que se simboliza es siempre algo de valor. De ahí que las actitudes de las personas hacia sus símbolos raramente sean neutrales; siempre contienen una mayor o menor carga afectiva, y esto se debe a que existe la tendencia a que el valor que acompaña a lo simbolizado se traspase al símbolo, de manera que el símbolo, y no la noción implícita que se simboliza, es lo que se convierte en un objeto especial de veneración o de odio.

Debemos tener presente el aspecto instrumental de los símbolos, puesto que, así como expresan ideas, creencias y valores, bien de las personas, bien de los grupos sociales, también tienen consecuencias sociales.

La Semiótica y la Cultura Material

Los símbolos no se expresan únicamente a través del lenguaje o de la escritura; también los objetos materiales y los aspectos de la conducta se utilizan para generar o transmitir significados culturales; pueden convertirse en portadores de mensajes.

Los códigos que nos permiten reconocer fácilmente lo que es una persona varían mucho de una cultura a otra. Al igual que los símbolos, los objetos materiales y los aspectos de la conducta solo adquieren significado dentro de una cultura concreta.

Estos símbolos materiales son el objeto de estudio de la semiótica, una ciencia que estudia los significados culturales no verbales. Es un campo muy amplio que se estudia desde la sociología y que nos permite comparar fácilmente una cultura con otra.

Puesto que los significados culturales se expresan con símbolos, los sistemas semióticos nos permiten comparar cómo están construidas las distintas culturas, distantes tanto en el tiempo como en el espacio.

Esto nos demuestra cómo la sociedad va sufriendo desplazamientos que nos van revelando la profunda transformación que van sufriendo los valores e intereses dentro de una sociedad.

Junto a la semiótica, vamos a hablar de la cultura material. La cultura material no es solo simbólica, pero nos permite captar las grandes diferencias que existen entre las diversas culturas humanas.

La cultura material consiste en aquellas cosas materiales que los hombres han creado, crean y utilizan, y que van desde los instrumentos del hombre prehistórico hasta la máquina más avanzada del hombre más moderno.

Para describir los objetos culturales como tales, es necesario conocer sus usos, las actitudes que se tienen hacia ellos y los valores que se les asignan, así como conocer también el conjunto de conocimientos y habilidades necesarios para su utilización.

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