El Currículo en Educación Infantil: Áreas Fundamentales y su Impacto
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Importancia del Currículo en Educación Infantil
El Área de Comunicación y Representación del currículo de educación infantil es el ámbito más amplio y diversificado. Comprende los siguientes programas:
- Comunicación lingüística: se centra especialmente en la comprensión oral, al tiempo que está abierta a las exigencias madurativas y a los aprendizajes básicos que posibiliten la comunicación.
- Desarrollo lógico y representación matemática: agrupa lo relativo a las aportaciones que el conocimiento de la realidad, desde la perspectiva cuantitativa, ofrece para cubrir con mayor profundidad lo relativo a las estructuras lógicas, al espacio topológico, a las relaciones, a la cantidad y a la medida.
- Expresión plástica: aglutina perfectamente las actividades gráficas, bidimensionales y tridimensionales, y en general la motricidad fina y la creación manual, etc.
- Expresión musical: centrada en la formación vocal y rítmica fundamentalmente y para permitir la iniciación al goce musical, a la participación y expresión musical e incluso la instrumental, tanto en su vertiente productora como creadora.
- Expresión corporal y dramatización: va a permitir subrayar los recursos expresivos e iniciar en el dominio de las técnicas y participar activamente en el proceso dramático.
El Enfoque Comunicativo en Lengua y Literatura
Un currículo en el área de la Lengua y Literatura, centrado en el enfoque comunicativo, concebirá la lengua como un instrumento de interacción social, más que como un simple conjunto de oraciones; por ello, la considerará no solo en función de sus estructuras gramaticales, sino también atendiendo a las funciones comunicativas que cumple.
La Educación Literaria y la Competencia Comunicativa
Para la adquisición y mejora de la competencia comunicativa, se hace necesaria también la educación literaria. Esta debe enfocarse de una manera pragmática y marcarse como objetivo último la formación de sujetos capaces de producir, comprender, interpretar y valorar los textos literarios. Si un lector competente es aquel cuyas aportaciones personales permiten establecer un diálogo fructífero, interactivo y gozoso con el texto, gracias al cual puede concretar el significado de este, los contenidos curriculares se establecerán en virtud del desarrollo de estas aportaciones del receptor: saberes, habilidades, destrezas, estrategias y actitudes que este activa durante la recepción literaria. Cada lectura permite afianzar y ampliar estos conocimientos personales, desarrollándose así la competencia literaria del aprendiz.