David Hume: Escepticismo, Causalidad y la Naturaleza del Conocimiento
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El Problema de la Causalidad en la Filosofía de Hume
Según David Hume, es fundamental distinguir si los datos de un razonamiento provienen de relaciones entre ideas (conocimientos formales) o de conocimientos de hechos (conocimientos empíricos).
Razonamientos basados en Relaciones de Ideas
- No plantean problemas de validez.
- El carácter necesario de las premisas garantiza la evidencia necesaria de la conclusión.
Razonamientos basados en Conocimientos de Hechos
- Sus premisas (impresiones) basan su evidencia en la sensibilidad externa y en la memoria.
- Hacemos predicciones sobre acontecimientos futuros basándonos en el conocimiento pasado y presente.
A juicio de Hume, estas predicciones se fundamentan en el principio de causalidad, que postula una conexión necesaria entre pares de fenómenos, donde uno es representado como efecto del otro. Sin embargo, para este filósofo, el principio de causalidad descansa sobre la experiencia, es decir, sobre el conocimiento de hechos.
Puesto que el conocimiento de hechos solo asegura certezas relativas al presente y al pasado, la pretensión de predecir el futuro es falaz. La seguridad de que el agua se caliente con el fuego se basa en un supuesto carente de base objetiva: la idea de conexión necesaria entre los fenómenos. Esta idea, según Hume, no proviene de ninguna impresión. La experiencia nos ofrece únicamente la sucesión de hechos entre determinados fenómenos, pero de ninguna manera su conexión necesaria.
Modos de Conocimiento según David Hume
Conocimiento por Relación de Ideas (Conocimientos Formales)
Se construyen conectando ideas que guardan una determinada relación aritmética o lógica. Su verdad es independiente de la experiencia y se alcanza por demostración.
Conocimiento de Hechos (Conocimientos Empíricos)
Se construyen a partir de los datos obtenidos de la experiencia (impresiones). Su verdad solo puede ser conocida mediante una comprobación experimental y es siempre contingente.
Crítica de Hume a la Sustancia y al Mundo Externo
Hume cuestiona la noción de una realidad externa continua e independiente de nuestra mente, que supuestamente es la causa de nuestras impresiones. En su lugar, experimentamos una sucesión de percepciones discontinuas, todas ellas dependientes de nuestra mente.
El principio de causalidad se aplica difícilmente en este contexto, ya que solo puede aplicarse entre impresiones. La idea de una existencia continua y de objetos externos es, para Hume, una ficción de la imaginación que se apoya en la semejanza de las impresiones y en la costumbre, no en una base racional o empírica directa.