El Debate Filosófico sobre la Moral: Razón, Pasión y la Naturaleza Humana
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La Moral: Un Contraste de Visiones Filosóficas
Idealismo Moral: Razón y Virtud Inherente
El Aristotelismo, el Cristianismo y el Republicanismo parten de una concepción de la moral (entendida como la ciencia de los fines que deben perseguirse para alcanzar una vida buena y digna) inherente al ser humano. Son, en esencia, idealismos morales que sostienen que el hombre, por su propia naturaleza, posee una inclinación innata hacia la virtud.
Utilitarismo y Materialismo: Pasión y Causa
Posteriormente, pensadores como Maquiavelo y Hobbes socavan este idealismo moral. Ellos son utilitaristas morales que intentan explicar la moral desde la premisa de que el hombre no persigue fines racionales en su vida. Para ellos, la moral se comprende como una explicación de las causas (principalmente pasionales, no racionales) de nuestra conducta, y no como un fin (racional) de esta. La búsqueda del placer y la huida del dolor son los dos grandes motores del comportamiento humano para los utilitaristas; la moral, por tanto, se construye sobre estas dos poderosas causas.
La Visión Ilustrada: Optimismo y Contradicciones
Por su parte, los Ilustrados abogan por conceptos como la felicidad, la libertad y la tolerancia. Poseen una visión más optimista del ser humano, considerándolo inherentemente bueno. Aunque se oponen a la visión pesimista de Maquiavelo y Hobbes, también difieren del Aristotelismo, el Cristianismo y el Republicanismo en su enfoque sobre la razón y la pasión, marcando una nueva dirección en el pensamiento moral.
El Papel Central de las Pasiones en la Conducta Humana
Perspectiva Política y Social de las Pasiones
Desde esta nueva perspectiva, se afirma que el hombre es, por encima de todo, una criatura pasional; la razón ya no reina sobre él (como defendían el Aristotelismo, el Cristianismo y el Republicanismo). Se entiende que el hombre, además, está impulsado por deseos, intereses y necesidades. No se puede dejar de ver al hombre así ni omitir estas pasiones, pues son ellas, y no la razón, las que impulsan su actuar, no como una máquina. Esto nos convierte en seres animados, con motivos claros para la acción.
Ética del Movimiento: La Esencia Pasional del Hombre
Si se destierran estas pasiones de la moral y la ética, y se basa la conducta únicamente en la razón, nos quedamos sin la esencia misma del hombre. ¿Puede haber ética sin atender a la pasión, que es lo que impulsa al hombre a actuar? Para estos pensadores, se trata de una ética del movimiento, del activismo. Bajan al hombre del pedestal en el que lo habían colocado hasta ese momento, acercándolo a la realidad de su verdadera naturaleza. Muestran al hombre como un animal, racional, sí, pero sobre todo animal; somos criaturas biológicas, pasionales e irracionales. Son, por tanto, materialistas.
El Temor a las Pasiones y la Búsqueda de la Razón
Esta perspectiva genera temor, pues el predominio de las pasiones podría desatar el mal actuar del hombre. Por ello, el Cristianismo (y otras corrientes idealistas) insisten en la necesidad de guiarse por la razón y principios morales para contener y dirigir la conducta humana.