El Declive del Franquismo: Crisis Política, Auge Antifranquista y Muerte de Franco
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La Crisis Política del Régimen
En junio de 1973, Luis Carrero Blanco fue nombrado presidente del gobierno, convirtiéndose en la persona clave para mantener la unión de todas las familias franquistas y asegurar la continuidad del régimen después de la muerte de Franco. Estos planes quedaron truncados cuando Carrero Blanco fue asesinado por ETA en un atentado perpetrado en Madrid.
A partir de ese momento, la fractura entre quienes apostaban por la permanencia del régimen a toda costa (inmovilistas), y quienes apuntaban hacia la necesidad de un cambio progresivo (aperturistas) fue haciéndose cada vez mayor. Los sectores más ultras afianzaron sus posiciones. Formaban el llamado búnker, que agrupaba a los mandos militares, viejos falangistas y políticos recalcitrantes del régimen.
En enero de 1974 se formó un nuevo gobierno presidido por Carlos Arias Navarro, que pretendía unir a aperturistas e inmovilistas. El programa del gobierno quedó resumido en el llamado espíritu del 12 de febrero, fecha en la que el presidente pronunció en las Cortes un discurso que presentaba un proyecto de apertura hacia un mayor pluralismo político. Arias prometió una nueva Ley Municipal que permitiese la elección de los alcaldes y de las diputaciones provinciales, aumentó el poder de los procuradores en las Cortes cuyo número ascendió, anunció reformas sindicales y una nueva ley sobre asociaciones políticas.
Los sectores ultraderechistas denunciaron el peligro de destrucción del régimen y forzaron una nueva dinámica en la que el gobierno de Arias Navarro se decantó claramente hacia el inmovilismo. Ante la escasez de reformas, los ministros aperturistas salieron del gobierno.
El Auge del Antifranquismo
A partir de 1973 tuvo lugar un espectacular crecimiento de la conflictividad social y de la contestación política. La protesta obrera y estudiantil aumentó considerablemente y los grupos de oposición promovieron la creación de organismos unitarios para reivindicar la democratización del país e impedir la continuidad del franquismo.
En 1971 se creó la Asamblea de Cataluña, que englobaba a toda la oposición catalana. En 1974, por iniciativa del PCE, se constituyó en París la Junta Democrática de España, que integraba a Comisiones Obreras, numerosos partidos de izquierda e incluso personalidades de la derecha democrática. Su programa propugnaba la formación de un gobierno provisional que implantase un régimen democrático y adoptase inmediatamente medidas como la amnistía, las libertades políticas y sindicales y la legalización de todos los partidos políticos.
En 1975, el PSOE impulsó la Plataforma de Convergencia Democrática junto con la Democracia Cristiana, la UGT y el PNV. En 1976, ambos organismos tenían un programa similar y se fundirían en Coordinación Democrática.
En los últimos años de la dictadura se produjo también un recrudecimiento de la violencia política. Por una parte, ETA incrementó sus atentados, y apareció un terrorismo ultraizquierdista que tuvo sus principales referentes en el FRAP y el GRAPO. El franquismo respondió con una intensificación de la represión.
La Muerte de Franco
La enfermedad de Franco se agravó a lo largo de 1974 y 1975. Con el dictador sin poder ejercer sus funciones, el gobierno tuvo que hacer frente a un nuevo foco desestabilizador, el conflicto del Sahara. En 1973, los saharauis habían creado el Frente Polisario, una formación nacionalista que abogaba por la independencia. España optó por aceptar la descolonización y permitir un referéndum de autodeterminación en el territorio.
En octubre de 1975, el rey Hassan II de Marruecos, que contaba con el apoyo de Estados Unidos para frenar una posible expansión de la Argelia socialista, organizó la Marcha Verde, una invasión pacífica del territorio que movilizó a decenas de miles de civiles. Ante el peligro de un conflicto bélico con Marruecos, España optó por claudicar. El 14 de noviembre se firmó el Acuerdo de Madrid, que suponía la entrega del Sahara a Marruecos y a Mauritania. El abandono de España inició un conflicto todavía no resuelto en la actualidad entre el Frente Polisario, que proclamó la República Árabe Saharaui Democrática, y Marruecos.
Franco falleció el 20 de noviembre de 1975, dejando tras de sí un régimen anacrónico y en profunda crisis. La pretensión de que dejaba el futuro de España atado y bien atado acabó siendo una ilusión sin fundamento.