Los Decretos de Nueva Planta: La Centralización del Poder en la España Borbónica

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En 1707, Felipe V introdujo en España los modelos administrativos franceses, buscando una administración más racional, eficaz y centralizada. El objetivo era consolidar un poder central sólido, con una sola ley para todo el territorio, y así alcanzar la prosperidad del reino y recuperar el prestigio internacional. Para ello, se impulsaron reformas en la administración central, las instituciones de gobierno y los órganos locales.

La centralización era una tarea compleja, ya que la administración de los Austria era muy atomizada, especialmente en la Corona de Aragón. El primer paso para la reforma del Estado fue la promulgación de los Decretos de Nueva Planta. Estos decretos se justificaron en el "derecho de conquista" de los territorios que apoyaron al otro candidato durante la Guerra de Sucesión.

Consecuencias de los Decretos de Nueva Planta

Su aplicación supuso la abolición de los fueros en Aragón y Valencia (1707), Mallorca (1715) y Cataluña (1716) y la supresión de sus privilegios. Se impuso el sistema legal, administrativo y fiscal de Castilla en la Corona de Aragón:

  • Se eliminaron los privilegios fiscales y se implantó un nuevo impuesto, buscando equiparar el sistema fiscal.
  • Como reforma política, todas las Cortes fueron clausuradas e integradas en unas Cortes únicas. Se suprimió el Consejo de Aragón, asumiendo sus funciones el Consejo de Castilla.
  • También se anularon los privilegios militares, que hasta entonces eximían a catalanes y aragoneses de combatir fuera de sus territorios.
  • Los virreyes fueron sustituidos por capitanes generales con amplias atribuciones administrativas, judiciales y militares.
  • Se estableció una Audiencia en cada capital para la administración de justicia. Los jueces eran nombrados por el rey y el castellano se convirtió en la lengua de obligado uso en todas las causas.
  • Surgió la provincia como entidad administrativa dependiente de un intendente que gestionaba la Milicia y la Hacienda. En el gobierno local se generalizó la figura de los corregidores, nombrados por el rey.

Los Decretos de Nueva Planta favorecieron la centralización del poder en España. Solo Navarra y los territorios vascos conservaron sus privilegios (fronteras, aduanas, cobro de tasas…) e instituciones forales por su fidelidad a Felipe V durante la Guerra de Sucesión.

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