Defensa de la Dignidad Humana en Perú: El Compromiso Ético del Carisma Mercedario
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El Carisma Mercedario y la Defensa de la Dignidad Humana en Perú
Lima, 11 de agosto de 2025
El Llamado a la Liberación: Un Valor Irrenunciable
Estimados miembros de la opinión pública:
En un mundo lleno de diferencias, el Carisma Mercedario brilla como una luz que nos recuerda que todas las personas tienen un valor único e irrenunciable: su dignidad. Esta enseñanza, heredada de San Pedro Nolasco, nos invita a liberar y defender a quienes sufren injusticias, no solo de prisiones físicas, sino también de aquellas cadenas invisibles como la discriminación, la indiferencia o el prejuicio.
Realidades que Hieren la Dignidad en el Contexto Peruano
En el Perú, todavía vivimos casos que hieren profundamente la dignidad humana. Hemos visto, por ejemplo, a ciudadanos de comunidades andinas ser discriminados por su acento o vestimenta tradicional; a mujeres indígenas recibir atención médica deficiente por prejuicios; y a migrantes ser tratados como sospechosos solo por su nacionalidad. Estos actos no son simples “faltas de respeto”: son ataques directos a la esencia misma de la persona.
Ejemplos de Discriminación en Perú
(Estos ejemplos incluyen discriminación por acento, vestimenta, origen, género y nacionalidad).
Compromiso Activo: ¿Cómo Vivir el Carisma Mercedario Hoy?
El Carisma Mercedario nos llama a actuar frente a estas realidades. Podemos comenzar desde lo más cercano:
- En la escuela: Promover campañas de respeto y tolerancia, donde todos podamos compartir nuestras costumbres sin miedo a burlas.
- En la comunidad: Crear redes de ayuda para quienes sufren marginación, ofreciendo acompañamiento legal, emocional y material.
- En las redes sociales: Usar nuestra voz para denunciar la discriminación y difundir mensajes positivos que construyan unidad.
La Dignidad: Un Principio que se Protege, No se Negocia
Recordemos que la dignidad no se mendiga ni se negocia: se reconoce y se protege. Vivir el Carisma Mercedario hoy significa abrir los ojos ante la injusticia y tener el valor de actuar. Así como San Pedro Nolasco liberaba cautivos, nosotros podemos liberar a otros de la soledad, el miedo y la exclusión.
Invito a todos a practicar este compromiso día a día: respetando las diferencias, defendiendo al que no puede defenderse y reconociendo en cada rostro la imagen de Dios. Solo así construiremos un Perú más humano, más justo y más libre.
Atentamente,
Estudiante Mercedario