El Delito, el Pensamiento Grupal y la Subcultura Carcelaria: Una Exploración
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El Delito como Constructo Social
Según Bauman, la esencia del poder consiste en el derecho a definir. Los Psicólogos y psiquiatras tienen un enorme poder a la hora de definir lo que es normal y lo que no lo es, y por tanto, lo que es o no es delito como conducta que se sale de la normalidad. Qué es y qué no es delito se define a través del código penal y las concepciones psicológicas imperantes sobre lo que es la normalidad y la anormalidad.
La delincuencia no es sino la infracción de una norma penal, con lo que cambia con el tiempo y el contexto, depende de la cultura o sociedad en que nos situemos y del momento histórico en que nos encontramos. Se trata de un constructo social e histórico.
El delito está atravesado por aspectos ideológicos y por intereses personales y de grupo. El delito en un país está relacionado con el código penal existente en él, que además suele estar vinculado con las costumbres y cultura de dicho país.
El Pensamiento Grupal
Trata de explicar por qué a veces los grupos humanos toman decisiones irracionales que se dan solamente en grupos cohesionados.
Puede definirse como el esfuerzo por conseguir la unanimidad que supera la motivación de los miembros del grupo para evaluar de forma realista las diferentes alternativas de actuación.
El pensamiento grupal conduce a:
- Un deterioro en la eficacia, la comprobación de la realidad y los juicios morales.
- Ignorar la información externa inconsistente con la alternativa escogida.
La motivación individual deja paso a una motivación de grupo, que no va a beneficiar al grupo.
Factores del Pensamiento Grupal:
- El deseo de cohesión.
- No se tienen en cuenta opiniones críticas.
- La racionalización.
- Ilusión compartida de unanimidad.
- Ilusión de invulnerabilidad.
- Estereotipos compartidos del oponente.
La Subcultura Carcelaria
Vivir la cárcel es alejarse progresivamente de los valores y modelos de comportamiento de la sociedad exterior, someterse a la disciplina institucional y adaptar los modos de la subcultura carcelaria:
- Existencia de la ley del silencio, castiga a quien la rompe, estigmatizándolo entre otros con la connotación negativa de chivato.
- Establecimiento de una jerga popular.
- Existencia de una ley escrita y otra no escrita, el código del preso, un código de normas y valores en contra de las normas y valores impuestos.
- El recluso toma conciencia de que si no se adapta a ese sistema de reglas internas, deberá atenerse a la reacción del resto de reclusos.