Democracia: Características, Medios, Fines y Evolución en el Estado Liberal Democrático
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Democracia: Orígenes, Evolución y Desafíos
Orígenes y Evolución de la Democracia
En la Grecia clásica, la democracia no era considerada un régimen político aconsejable. Sin embargo, a finales del siglo XVII y a lo largo del siglo XIX, se extendió la exigencia de llevar a la práctica la idea de la igualdad humana y del derecho de todos a intervenir en política.
Características de la Política Democrática
- Titularidad última del poder atribuida a todos los miembros de la comunidad.
- Protección de los derechos de cualquier minoría frente a la mayoría.
- Selección de los gobernantes mediante la decisión popular, con elecciones periódicas y competitivas.
- Intervención popular en las decisiones socioeconómicas.
- Capacidad de los ciudadanos para influir directamente sobre el contenido de las decisiones políticas.
Medios y Fines de la Democracia
Si hacer política equivale a la gestión de los conflictos de una comunidad, la democracia consistiría en hacerlo mediante la intervención más amplia posible de los ciudadanos en los diferentes momentos de esta gestión. En pocas palabras, esta concepción de la democracia exige deliberación y decisión.
No reunirá condiciones democráticas el sistema que niegue la capacidad política de un grupo de la comunidad por razón de clase social, género, etc. El mínimo común denominador de las democracias estaría constituido por:
- Libre acceso a la actividad política de todos los miembros de la comunidad.
- Designación electoral de las autoridades en competición libre, equilibrada y periódica.
- Control permanente sobre la actuación de dichas autoridades.
- Capacidad para asociarse en organizaciones autónomas e independientes de las autoridades.
- Garantía de la libertad de expresión.
- Pluralidad y veracidad de fuentes de información asequibles a la ciudadanía.
Más difícil es señalar los fines o los objetivos que un sistema democrático debe alcanzar. Por ello, la dificultad de definir una "democracia de fines" conduce a veces a conformarse con la "democracia de los medios". Quienes optan por esta última versión sostienen que ponerse de acuerdo sobre los medios ya es un proceso suficiente.
El Estado Liberal Democrático
El carácter de ideal exigente que tiene la democracia hace que no haya sistema político que satisfaga totalmente sus requisitos. Debería tener en cuenta tanto las reglas como los resultados. De acuerdo con esta perspectiva exigente, son los sistemas que pueden clasificarse de poliarquías o de estados liberales-democráticos.
- El poder dialoga y negocia con actores colectivos que tienen sus representantes en distintos órganos y escenarios.
- Se amplía el contenido de los derechos civiles y políticos del modo liberal. Se añaden a otros derechos civiles y sociales como propios de los miembros de un mismo grupo.
- La elaboración de las leyes es el resultado de pactos negociados entre los intereses de los grupos que los partidos trasladan al parlamento.
- El poder se comparte y se distribuye entre los partidos de la mayoría y la oposición, entre los diversos grupos activos en el escenario político.
- Se modifica a fondo la relación que el estado liberal mantenía con el ámbito social y económico. El estado asume ahora responsabilidades económicas de importancia.
- La sociedad confía al estado la función de cubrir algunos riesgos que amenazan a sus grupos más vulnerables. Prestar servicios y bienes sociales forman parte ahora de las obligaciones del estado social o del bienestar y ya no dependen solo del patrimonio del individuo.
Respuesta Contemporánea a las Exigencias Democráticas
Hay una cierta desconfianza hacia el rendimiento de las instituciones políticas y administrativas, de los partidos y sus representantes, de las burocracias públicas, etc.
En cambio, también hay respuestas que no se conforman con una corrección parcial de las deficiencias del estado liberal-democrático. Insisten en el carácter esencial de la función redistribuidora de la política y exigen una intervención pública más enérgica en las relaciones sociales y económicas.
Conclusión
Se observa, por tanto, que la relación estado-democracia no alcanza nunca un equilibrio permanente ni ha seguido el mismo curso ni el mismo ritmo en la historia.