Democracia de mercado: fundamentos y justificación

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Democracia liberal de mercado y su fundamentación

La democracia liberal es un sistema político que busca conciliar la preservación de la libertad negativa con el principio de legitimidad democrático (voluntad expresada en votos) para abordar los asuntos públicos. La democracia liberal intenta limitar estas intromisiones en la libertad negativa haciendo que la necesidad de participación de los ciudadanos sea mínima y garantizándoles sus derechos individuales.

A menudo se llama a las actuales democracias liberales democracias de mercado, por la similitud de su funcionamiento con el del mercado económico: en ellas, el político es como un empresario que ofrece un producto (su programa electoral) y compite con otros por obtener el mayor número de «clientes» (es decir, de votantes). Los votantes, por su lado, son como consumidores que se orientan hacia el producto que juzgan más atractivo.

En la democracia no importa que todos miren tan sólo por su interés particular, porque el funcionamiento del sistema garantiza el bien común: como los políticos desean ganar elecciones es necesario que atiendan a las demandas del mayor número de votantes.

Principios de la democracia de mercado

En resumen, la democracia de mercado se rige por una serie de principios:

  1. El principio democrático, según el cual todos tienen igual derecho a voto.
  2. Se entiende que los ciudadanos acuden al espacio político con unas preferencias dadas de antemano, que determinan sus demandas.
  3. Para obtener votos, los partidos políticos han de atender a las preferencias de los votantes.
  4. Los partidos buscan obtener el mayor número de votos.
  5. La actividad política es costosa, y por eso se deja en manos de unas élites profesionales. La clase política es, en cierto modo, una aristocracia electiva.

En la democracia los ciudadanos seleccionan a las élites políticas en función de sus propuestas (es decir, de sus programas electorales), y estas élites, una vez están en las instituciones, toman decisiones mediante procesos en los que se aplican reglas mayoritarias. A los ciudadanos no se les pide otro compromiso político.

Justificación de la democracia liberal

La democracia liberal debe justificarse instrumentalmente:

Para justificarse, la democracia de mercado suele recurrir al marco normativo del utilitarismo. Esta teoría dice que están justificadas normativamente aquellas acciones que aseguren el mayor bien social. Desde esta perspectiva, serán buenas aquellas instituciones políticas que sirvan para satisfacer los deseos del mayor número de individuos.

La democracia liberal adopta un utilitarismo de corte benthamiano, que ignora las diferencias cualitativas entre las preferencias de los votantes: lo que importa de una demanda es si se satisface o no, y no su calidad. Cada ciudadano tiene una percepción de qué es lo deseable, y hay que dar cabida a todos.

Según los defensores de la democracia liberal, esta lograría garantizar la consecución del máximo de bienestar para el mayor número de individuos. De este modo, la democracia de mercado aseguraría el bienestar social con el mínimo de implicación política por parte de los ciudadanos.

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