Demostración de la Existencia de Dios según Descartes
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Argumentos Demostrativos de la Existencia de Dios y del Mundo
La Demostración de la Existencia de Dios
Para Descartes, la demostración de la existencia de Dios es crucial para salir del inmanentismo del cogito y de sus ideas (puesto que afirma que solo puede conocer el contenido de su conciencia). La recuperación de la objetividad y la salida del solipsismo exigen demostrar la existencia de Dios y su veracidad. En estas pruebas, se parte del cogito y de sus ideas. La demostración ha de consistir en poner de manifiesto que la mente no puede dudar de la existencia de Dios, quien garantiza que la mente no está constituida erróneamente.
Si Dios existe, por lo menos las verdades matemáticas tendrían validez para la realidad en sí. Descartes realiza la inversión teológica: el punto de partida es el sujeto cognoscente.
El Argumento Ontológico
Demuestra la existencia de Dios a partir de su esencia. Entre las ideas innatas se encuentra la idea de infinito, que exige necesariamente la existencia de Dios. En efecto, la idea de infinito es la idea de un ser sin limitación, que comprende toda la realidad. El hecho de faltarle la existencia sería una limitación. Por tanto, hay que afirmar que ese ser infinito, Dios, existe. Así pues, con claridad y distinción, podemos deducir de la idea de infinito que Dios tiene que existir.
Argumento de Dios como Causa de mi Ser
Este argumento parte de la finitud del yo. El yo es el de cualquier ser humano individual. Se trata de un sujeto contingente, finito y limitado. Por eso, no hemos podido producirnos a nosotros mismos. Además, si lo hubiéramos hecho, tendríamos las experiencias como las que están contenidas en la idea de Dios, que, sin embargo, no poseemos. Por tanto, el ser humano ha tenido que ser producido por un ser que tiene todas las perfecciones, un ser absoluto: Dios.
Argumento de los Grados de Realidad
Este argumento se basa en la causa de ciertas ideas que posee el ser humano. Las ideas que representan cosas naturales no plantean ningún problema, y las que tienen las produce él mismo. Sin embargo, no se puede producir la idea de Dios, ya que la causa de esta idea tiene que poseer la perfección equivalente a la representada por la idea. Y dado que la idea de Dios es la idea de una sustancia infinita, eterna y todopoderosa, entonces no puede ser introducida por el ser humano, sino por Dios. Por tanto, Dios existe.
Una vez que Descartes ha determinado la existencia de Dios, situado en él el último fundamento de los conocimientos evidentes, de las verdades que se conciben clara y distintamente, y el criterio de certeza, Dios, ser absolutamente perfecto y bueno, no ha creado al sujeto humano para que se pueda engañar continuamente. Por tanto, Dios es la garantía del conocimiento humano. Pero, ¿de dónde provienen entonces los errores? El error se produce cuando la voluntad de los seres humanos va más allá de su entendimiento y asiente a las ideas que no son claras y distintas. Si las personas se limitan a asentir solo a las ideas que conciben en su mente clara y distintamente, entonces nunca se equivocarían.