Derecho Consuetudinario y Áreas Culturales en la Península Ibérica Prerromana
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Derecho Consuetudinario en la Península Ibérica Prerromana
En la Península Ibérica prerromana, el derecho consuetudinario predominaba. No existía un derecho escrito ni leyes codificadas. Sin embargo, en zonas con mayor desarrollo social y político, se observan indicios de un derecho incipiente, conocido principalmente a través de historiadores.
Aunque hay referencias a leyes, los historiadores sugieren que se trataban de costumbres establecidas por el rey y puestas por escrito. Los escritos de Estrabón son una fuente valiosa de información. Uno de sus textos menciona a los turdetanos, ubicados en el valle del Guadalquivir, como los más cultos, aunque su tradición se encontraba deteriorada. Existe debate sobre si ciertos registros son versos o crónicas de años.
Este relato se relaciona con un texto de Justino que describe el origen de la regularidad política en la región. Según la leyenda, un rey tuvo un hijo con su hija y, avergonzado, lo abandonó en el bosque. El niño fue criado por animales, creció, regresó a la corte y fue aceptado por el rey. Al heredar el trono, modificó la forma de gobernar, prohibiendo el incesto. Este mito se interpreta como la transición de un estado natural a uno cultural, simbolizando la prohibición del incesto, el uso del fuego y la aparición de la agricultura como el paso del despotismo a una situación estable con leyes. Aunque podría ser simplemente un mito, refleja la situación de la época.
Áreas Culturales y Jurídicas en la Península Ibérica Prerromana
La Península Ibérica prerromana estaba habitada por diversos pueblos con características culturales distintas, dividiéndose en varias áreas:
Los Pueblos del Norte
Según Estrabón, esta área agrupaba a cuatro pueblos con civilizaciones similares: galaicos, astures, cántabros y vascones. Llevaban una vida rudimentaria, residían en castros, cultivaban la tierra y recolectaban frutos como la bellota. Eran aficionados a la danza y se reunían en noches de luna llena. Eran politeístas y ofrecían sacrificios al dios de la guerra. Practicaban la lucha de emboscadas y no tenían derecho escrito.
Su organización familiar se basaba en gentilicios (clan, tribus, pueblo), centrada en la autoridad materna. Existía un régimen maternal, con una estructura femenina. La institución de la cabala obligaba al padre a asumir la paternidad, acostándose junto al recién nacido durante tres días mientras la madre continuaba con sus labores.
Franja Central
Esta área incluía a los celtíberos orientales y a los vacceos occidentales. En el sur se encontraban los carpetanos, oretanos y vetones. Habitaban en pequeñas ciudades con una economía pastoril y creaban esculturas de animales con carácter protector y sagrado. Los celtíberos eran guerreros y admiraban a sus jefes, con quienes establecían pactos de consagración religiosa. También eran hospitalarios en tiempos de paz.
Los vacceos eran agricultores, cultivando cereales y viñas. Practicaban un colectivismo agrario, un precedente del comunismo, donde cultivaban y luego dividían la cosecha entre todos.
Área Oriental
Su economía se basaba en el cultivo. Abarcaban desde el norte de los Pirineos hasta Murcia. Incluía a varios pueblos como los ilergetes, indigetes, jacetanos y los habitantes de las Islas Baleares. Eran pueblos comerciantes con tierras fértiles. La influencia de pueblos más avanzados en el siglo III a.C. dio lugar a la dracma ibérica, la primera moneda catalana. Utilizaban el hierro, el torno y la cerámica para uso y comercio. Comenzaron a desarrollar la escritura y el arte, mostrando signos de una cultura superior.
Zona Sur
Esta área estaba habitada por los turdetanos y tartesios. Eran muy ricos, en contraste con el primitivismo del norte. Tartessos, territorio donde se sitúa el mito platónico de Tartesos, despertaba gran interés. A partir del siglo VIII a.C., pueblos más cultos como fenicios, griegos, cartagineses y romanos se establecieron en la zona. Inicialmente, su presencia tenía un carácter mercantil o estratégico, pero introdujeron características y un orden jurídico más avanzado. Por ejemplo, las prácticas mercantiles evolucionadas de los fenicios dejaron una huella significativa.