Desafíos en la Delegación del Trabajo Alimentario Doméstico y su Percepción
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La cocina es una de las tareas más valoradas del trabajo doméstico, incluso entre los hombres, algunos de los cuales la asocian con la creatividad, la gastronomía y el placer. Sin embargo, no todas las facetas del proceso culinario son igualmente agradables o reconocidas. Determinadas partes, como la limpieza de los alimentos, el almacenaje y la conservación de los productos, la recogida de basura y el mantenimiento de la limpieza de la cocina, no se vinculan con ese reconocimiento y placer.
Factores que Dificultan la Delegación de Tareas Alimentarias
1. Reconocimiento y Valor Social
El trabajo alimentario, junto con el cuidado de los niños, suele recibir más reconocimiento por parte del grupo familiar. Es más frecuente oír elogios en referencia a las excelencias de la cocinera que a la labor de la persona que friega el suelo o plancha.
2. Complejidad y Cualificación Requerida
Existe un factor de complejidad y de cualificación vinculado al trabajo alimentario. Se han de cumplir una serie de pasos previos antes de que un plato se ponga en la mesa y se coma. Estos incluyen:
- La disponibilidad de presupuesto.
- La adaptación a la oferta en el momento de la compra.
- La consideración de los gustos y prescripciones en las elecciones.
- El conocimiento en relación a ingredientes y técnicas de preparación.
3. Dispersión y Frecuencia Horaria
Hay un factor de dispersión y frecuencia horaria adscrito a las tareas alimentarias que también dificulta la delegación. Los horarios y la frecuencia de las comidas abarcan diferentes franjas del día.
Delegación de Tareas Domésticas: Un Patrón Distinto
En cuanto a la asistencia doméstica externa, normalmente esta circunstancia se da en aquellos grupos donde los responsables trabajan fuera de casa o en los niveles de ingreso alto. En estos contextos, los trabajos que se delegan con mayor frecuencia son:
- Barrer y quitar el polvo.
- Fregar los trastes.
- Fregar el suelo.
- Lavar y planchar la ropa.
- Limpiar las baldosas y armarios de cocina y baños.
Estas tareas se delegan antes que otras como comprar alimentos, preparar desayunos y comidas, o dar de comer a los niños, lo que subraya la dificultad específica de delegar las responsabilidades alimentarias directas.