Desafíos Sociales Urgentes en España: Violencia y Precariedad Laboral
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Educación y Prevención: Un Imperativo contra la Violencia Sexual
Según datos proporcionados por el Ministerio del Interior en España, se denuncian aproximadamente tres violaciones al día. Si esta cifra se multiplica por 365 días, es decir, un año, el resultado es alarmante y revela una cruda realidad social.
Me opongo firmemente a la violación, pues la considero un acto atroz. Es incomprensible que hombres desesperados recurran a la violencia sexual para satisfacer sus necesidades, sin considerar el impacto devastador en la víctima. No se dan cuenta de que, al cometer estos actos, además de generar un trauma profundo en la persona, destruyen su vida.
Además, este dato se agrava al considerar que la mayoría de las violaciones suelen afectar a niñas y adolescentes, lo cual considero abominable. Una niña, en esos momentos, a menudo no se percata de lo que realmente le está ocurriendo y tampoco posee la fuerza necesaria para defenderse de su agresor. Todas las mujeres tenemos el derecho inalienable de poder salir de fiesta o a tomar algo con nuestros amigos sin el temor de ser víctimas de violación o cualquier otra agresión al salir.
Las medidas preventivas actuales no resultan plenamente eficaces, dado que el agresor suele reincidir. Por ello, es imperativo trabajar desde la infancia en la educación y el fomento del respeto hacia los demás. En síntesis, lo expuesto subraya que la violación es un acto profundamente egoísta, ya que los agresores solo piensan en sí mismos y no en sus víctimas.
Precariedad Laboral y Exclusión Social: El Desafío de la Indigencia con Empleo
Según datos proporcionados por el diario El País, la ciudad de Barcelona tiene cerca de 1.026 personas que duermen en la calle. Esta cifra, desde 2011, se ha triplicado. Sorprendentemente, las personas atendidas en equipamientos de la red que, pese a tener empleo, no tienen hogar, ya representan el 15% del total de atendidos.
En mi opinión, no comprendo cómo una persona con trabajo puede estar viviendo en la calle, ya que normalmente una persona sin hogar carece de un salario que le permita comprar o alquilar una vivienda.
La alta oferta de mano de obra presiona a la baja los salarios, lo que obliga a muchas personas a vivir en la calle, pues sus ingresos no les alcanzan para cubrir todos sus gastos o necesidades básicas, como por ejemplo, una casa.
Por este motivo, al observar a una persona en situación de calle, tendemos a juzgarla como vaga, cuando en realidad podríamos estar equivocados. Es fundamental comprender las complejas causas detrás de la indigencia, incluso cuando existe un empleo.