La Desamortización de Madoz (1855): Claves del Bienio Progresista

Clasificado en Historia

Escrito el en español con un tamaño de 4,83 KB

La Desamortización de Madoz

Análisis de la Fuente

El presente texto, fechado el 1 de mayo de 1855, se clasifica como una fuente primaria, dado que fue redactado de forma coetánea a los acontecimientos a los que hace referencia. Por su naturaleza, es un documento histórico-jurídico, ya que posee carácter de ley. Se enmarca en el contexto histórico del Bienio Progresista durante el reinado de Isabel II.

El autor es Pascual Madoz, quien desempeñaba el cargo de Ministro de Hacienda en el Gobierno Progresista, presidido por el general Espartero. Este documento está dirigido a la Nación Española, lo que lo convierte en un texto de carácter público y nacional, cuya finalidad principal es informar sobre el contenido de esta importante ley.

Contexto Histórico: El Bienio Progresista (1854-1856)

El Bienio Progresista se inició con el pronunciamiento militar conocido como la «Vicalvarada», llevado a cabo por los generales Dulce y O’Donnell en Vicálvaro en 1854. Posteriormente, en Manzanares (Ciudad Real), se unieron al general progresista Serrano. Para dotar al pronunciamiento de un carácter civil, se encargó a Antonio Cánovas del Castillo la redacción del Manifiesto de Manzanares, un documento clave que demandaba:

  • La regeneración política.
  • La supresión de la camarilla de la reina.
  • La bajada de impuestos.
  • La descentralización municipal.
  • La convocatoria de Cortes Constituyentes.
  • La restitución de la Milicia Nacional.

Esta revolución fue un reflejo de los movimientos revolucionarios europeos de 1848. Tras el éxito del pronunciamiento, se formó un gobierno provisional dirigido por Evaristo San Miguel.

Desde el exilio, regresaron figuras prominentes como Espartero, quien lideraría a los progresistas, y O’Donnell, que agruparía a los progresistas más moderados bajo la formación de la Unión Liberal.

Desarrollo del Bienio Progresista y la Ley de Madoz

El primer gobierno del Bienio fue presidido por Espartero, quien convocó a Cortes Constituyentes y tuvo que hacer frente a un nuevo levantamiento carlista. Durante este periodo, Pascual Madoz, como Ministro de Hacienda, impulsó el segundo gran proceso desamortizador. A diferencia de desamortizaciones anteriores, esta no solo afectó a los bienes de la Iglesia, sino que también incluyó la venta de bienes municipales (propios y comunes), lo que generó nuevos conflictos con la Santa Sede.

Espartero no logró solucionar el grave problema de la deuda pública, que impedía el pago a funcionarios y militares, lo que finalmente le llevó a dimitir. Tras su renuncia, O’Donnell formó gobierno. Durante este bienio, se redactó la Constitución de 1856, conocida como la «non nata», ya que nunca llegó a entrar en vigor. Esta constitución defendía principios como:

  • La soberanía popular.
  • La libertad de imprenta.
  • La libertad religiosa.
  • Un parlamento bicameral.
  • La elección directa de alcaldes, entre otros aspectos.

Fin del Bienio Progresista y Consecuencias

El Bienio Progresista finalizó en 1856. Las tropas de O’Donnell rodearon el Congreso y disolvieron el Parlamento, marcando el fin de esta etapa. A raíz de estos acontecimientos, surgió un gobierno de carácter moderado, liderado por la Unión Liberal, que eliminó gran parte de la labor política y legislativa del bienio anterior, aunque mantuvo la desamortización de los bienes municipales.

La reina Isabel II, buscando una línea más conservadora y autoritaria, sustituyó a O’Donnell por Narváez. Este nuevo gobierno implantó la Constitución de 1845 y recuperó el espíritu del Concordato con la Santa Sede de 1851, paralizando las desamortizaciones restantes.

Durante este periodo, el ministro Claudio Moyano impulsó la creación de la Ley de Instrucción Pública, que regulaba el sistema educativo en sus niveles de enseñanza primaria, secundaria y superior, reconociendo el derecho de la Iglesia a inspeccionar el sistema educativo en su conjunto. Además, se llevaron a cabo importantes obras públicas, como la construcción del Canal de Isabel II y el Canal del Ebro, así como un significativo desarrollo de la red ferroviaria.

Entradas relacionadas: