Las Desamortizaciones en España: Impacto de Mendizábal y Madoz en el Siglo XIX

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La Desamortización de Madoz: Contexto y Características

La Desamortización de Madoz, la segunda gran desamortización impulsada por los liberales, se inició con la Ley de 1855, en pleno Bienio Progresista del reinado de Isabel II. Esta medida estaba dirigida a los bienes de propios y de comunes de la Iglesia, del Estado, de las órdenes militares, entre otros. Es decir, fue una desamortización de carácter general, tanto civil como eclesiástica. Su objetivo principal era completar y finalizar el proceso iniciado por Mendizábal. A diferencia de esta, la Ley de Madoz se desarrolló a gran velocidad.

Impacto Inmediato de la Desamortización de Madoz

La consecuencia más importante de esta segunda desamortización fue la eliminación de la propiedad comunal y de lo que aún quedaba de la eclesiástica. Esto provocó un agravamiento considerable de la situación económica del campesinado y una ruptura significativa en las relaciones entre el Estado y la Iglesia.

Consecuencias Generales de las Desamortizaciones de Mendizábal y Madoz

Impacto Económico de las Desamortizaciones

  1. Un respiro para las finanzas públicas.
  2. Modificación del régimen de propiedad en el 20% de la superficie nacional.
  3. Refuerzo y afianzamiento de un considerable número de propietarios agrícolas.
  4. Las pequeñas tierras fueron adquiridas por habitantes de las localidades próximas.
  5. Las propiedades mayores fueron adquiridas por los más ricos, quienes solían vivir en las ciudades.
  6. Refuerzo del latifundismo, con los burgueses convirtiéndose en grandes propietarios.
  7. Disminución del poder económico del clero.

Impacto Social de las Desamortizaciones

  1. Nacimiento del proletariado agrícola.
  2. Los campesinos más pobres se vieron privados del uso colectivo de los bienes municipales, pasando a ser mano de obra barata en el proceso de industrialización.
  3. Supuso el cambio de una sociedad estamental a una sociedad burguesa.
  4. Significó el traspaso de una enorme masa de tierras a los nuevos propietarios y la fusión de la antigua aristocracia feudal con la burguesía urbana para crear una nueva élite terrateniente.

Conclusión: El Legado de las Desamortizaciones en la España del Siglo XIX

La desamortización formó parte de una de las tres medidas más importantes llevadas a cabo en el siglo XIX para intentar modificar las estructuras del Antiguo Régimen y construir un Régimen Liberal con una sólida base social formada por propietarios de tierras no vinculadas.

Junto a la abolición del régimen señorial y la desvinculación de los bienes, la nueva oligarquía, formada por miembros de la nobleza, la burguesía financiera y de los negocios, capitalizó las fincas más valiosas. Ganaron los capitalistas burgueses y también la antigua nobleza terrateniente, que no perdió nada de tierra y a la que el nuevo régimen le permitió la posibilidad de negociar.

Por el contrario, tanto el campesinado pobre como los colonos dispusieron de menores posibilidades de acceso a dichas tierras. Perdieron los campesinos, condenados a engrosar las filas de jornaleros. Perdió la Iglesia, que al quedar desmantelada económicamente tuvo que financiarse en parte de la beneficencia y de la enseñanza. En suma, ganaron el Estado y la Revolución Liberal, un hecho trascendental para el futuro de España.

Las desamortizaciones, tanto la de Mendizábal como la de Madoz, se sitúan en una fecha clave de la historia de España en el siglo XIX al acometer profundamente unas reformas que tenían el claro objetivo de reducir el poder económico de la Iglesia, disminuir la deuda pública e implicar a sectores poderosos del país en la construcción y defensa del nuevo régimen.

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