Las Desamortizaciones de Mendizábal y Madoz y el Trienio Liberal en España

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Las Desamortizaciones en la España del Siglo XIX

La Desamortización de Mendizábal (1836-1837)

Entre 1835 y 1837 se consolidó la transición política hacia el sistema liberal en España, un proceso en el que Juan Álvarez Mendizábal desempeñó un papel notable.

El nuevo gabinete afirmó la necesidad de una declaración de derechos del ciudadano y de someter el gobierno al Parlamento. Se reorganizó la Milicia Nacional, renombrada como Guardia Nacional, y se planteó el objetivo de finalizar la guerra carlista en poco tiempo, financiándola con los ingresos obtenidos mediante la desamortización de bienes del clero.

La desamortización de Mendizábal consistió en la nacionalización por parte del Estado de las propiedades rústicas y urbanas de la Iglesia Católica, que posteriormente fueron vendidas en subastas públicas a particulares. Con esta medida se pretendían alcanzar varios objetivos:

  • Crear una clase de nuevos propietarios leales a la causa liberal.
  • Sanear la deuda pública para hacer frente a los gastos de la guerra.

Sin embargo, los planes de Mendizábal no dieron el resultado esperado: la guerra continuó y el intento de sanear la deuda fracasó. Esto llevó a la dimisión de los progresistas, y la regente María Cristina nombró presidente a Francisco Javier de Istúriz.

La Desamortización General de Madoz (1855)

La ley del 1 de mayo de 1855, conocida por el nombre del ministro de Hacienda, Pascual Madoz, representó el segundo gran proceso desamortizador. Esta ley no solo afectó a los bienes restantes de la Iglesia, sino que también incluyó la venta de bienes municipales (propios y comunes). La venta de estos últimos dejó sin acceso a tierras comunales a muchos campesinos, agravando su situación.

Esta nueva ley generó serios problemas diplomáticos con la Santa Sede, ya que reafirmaba el derecho del Estado español sobre los bienes eclesiásticos.

El Trienio Liberal (1820-1823)

Tras el pronunciamiento de Riego en 1820, se inició un período conocido como el Trienio Liberal, durante el cual se restauró la Constitución de 1812. El primer gobierno liberal adoptó una serie de medidas destinadas a construir un sistema de libertades políticas:

  • Liberación de los presos políticos.
  • Supresión definitiva de la Inquisición.
  • Restitución en sus cargos de las autoridades constitucionales en ayuntamientos y diputaciones.
  • Convocatoria de elecciones a Cortes.
  • Creación de la Milicia Nacional, un cuerpo de ciudadanos armados para defender el régimen constitucional.

Características y Desarrollo Político

Fue un período de intensas reformas políticas y económicas, caracterizado por una vibrante vida pública que encontró expresión a través de dos vehículos fundamentales:

  • La prensa: Se convirtió en un instrumento crucial para la difusión de la pluralidad ideológica y el ejercicio de la libertad de expresión.
  • Las sociedades patrióticas: Eran clubes abiertos, a menudo vinculados a la masonería, donde se debatían apasionadamente todos los temas de actualidad política y social.

Paralelamente, resurgió el fenómeno de las juntas locales y provinciales, que habían tenido protagonismo durante la Guerra de la Independencia. Este hecho dio lugar a la existencia de un doble poder:

  1. El poder del gobierno central, basado en un liberalismo más institucional.
  2. El poder de las juntas, que a menudo representaban posturas más radicales.

Divisiones Internas del Liberalismo

Durante el Trienio, se consolidaron dos grandes tendencias dentro del liberalismo español:

  • Liberales moderados (doceañistas): Partidarios de alcanzar un compromiso con las antiguas clases dominantes y el rey Fernando VII. Abogaban por reformar la Constitución de 1812 para dar mayor poder al monarca, introducir una segunda cámara legislativa y controlar la prensa más exaltada. Gobernaron durante la mayor parte del período.
  • Liberales exaltados (veinteañistas): Defensores de la aplicación íntegra de la Constitución de 1812 y partidarios de reformas sociales y políticas más radicales. Se apoyaban en las sociedades patrióticas y la Milicia Nacional.

Los enfrentamientos y tensiones entre moderados y exaltados fueron constantes a lo largo del trienio. En 1820, los moderados lograron aprobar una ley que suprimía las sociedades patrióticas, aunque estas siguieron actuando en la práctica. Los intentos moderados de reformar la Constitución en un sentido conservador (introduciendo el sufragio censitario y una segunda cámara) fracasaron ante la oposición de los exaltados y del propio rey, aunque por motivos opuestos.

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