Desarrollo Industrial y Minero en España: Siglo XIX
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La Industria y la Minería en la España del Siglo XIX
España era un país eminentemente agrario a principios del siglo XIX. El desarrollo industrial se localizaba principalmente en Asturias, País Vasco y Cataluña. Las causas de este desarrollo desigual y limitado fueron:
- Geografía montañosa, que dificultaba las comunicaciones.
- Escasez de fuentes de energía y materias primas.
- Falta de capitales, ya que los existentes se destinaban a la compra de tierras desamortizadas.
- Pérdida de las colonias, privando al país de mercados y materias primas.
Principales Sectores Industriales
Industria Textil
La industria textil, basada en el algodón, se concentró en Cataluña. Los hermanos Bonaplata instalaron allí las primeras máquinas de vapor y telares. El crecimiento de esta industria se vio favorecido por el control mercantil sobre Cuba y Puerto Rico, así como por leyes proteccionistas.
También alcanzaron un notable desarrollo las industrias textiles lanera y sedera en Castilla y Valencia, aunque posteriormente se trasladaron a Cataluña.
Siderurgia
Hasta 1860, la producción de hierro se concentró en Andalucía. Entre 1860 y 1880, Asturias tomó el relevo gracias a sus minas de carbón. Sin embargo, el carbón español era costoso y de baja calidad, encareciendo el hierro resultante. A partir de 1880, se impuso la siderurgia vasca gracias a la calidad de su mineral de hierro y a los beneficios obtenidos con su exportación a Inglaterra. En 1902, las fábricas de Ibarra, Chávarri y Echeverría se unieron para formar una gran empresa: Altos Hornos de Vizcaya. La industria siderúrgica estuvo ligada a la construcción naval y a la industria metalúrgica para la construcción de material ferroviario.
Minería
La escasez de recursos energéticos y el alto precio del carbón fueron un obstáculo para la industrialización del país. Los yacimientos de carbón se encontraban en Asturias, León, Ciudad Real y Córdoba, pero eran escasos, de mala calidad y costosos de extraer. La minería española estaba estancada debido a la ausencia de demanda, la falta de capitales y la tecnología necesaria para la extracción de minerales (hierro, cobre, plomo, mercurio y zinc). En 1868, se aprobó la Ley de Bases de Minas, que permitió el aumento de la inversión extranjera, sobre todo británica y francesa, para abrir nuevas minas o reabrir otras que permanecían improductivas. La producción minera española se centraba en el mineral de hierro (Vizcaya), el carbón, el mercurio, el plomo y el cobre (sur y suroeste peninsular).