Desarrollo Infantil: Perspectivas Psicológicas y Etológicas
Clasificado en Psicología y Sociología
Escrito el en español con un tamaño de 13,21 KB
Desarrollo de la Sexualidad Infantil según Freud
En el desarrollo de la sexualidad infantil encontramos cinco estadios: oral, anal, fálica, de latencia y genital. Nos centraremos en los tres primeros, que corresponden a los primeros años de vida. Freud creía que antes de superar el complejo de Edipo, el niño tiene que pasar por dos estadios sexuales: un estadio oral y un estadio anal.
El estadio oral ocupaba los primeros meses de vida. El bebé obtenía sus placeres sexuales más intensos de la alimentación. Estos placeres de la boca son interrumpidos por las frustraciones del desmame. Hacen su aparición los alimentos en forma sólida y ya no puede seguir disponiendo del pecho o el biberón. A continuación, es el ano el lugar de placer sexual que viene a ejercer su influencia en el desarrollo mental. A diferencia de la alimentación, la excreción está en mayor medida dominada por el niño que por los adultos de su alrededor. La gran crisis de este estadio se da en el momento del control de esfínteres, que puede adoptar a menudo la forma de una batalla entre los deseos del bebé y los de sus padres. Mucho después de que los individuos hayan dejado de llevar pañales, una emoción elevada les hace padecer estreñimiento o volver a la defecación incontrolada de la primera infancia.
Por último, los niños pequeños entran en el estadio fálico, marcado por el aumento de la masturbación genital precoz y por las pasiones del complejo de Edipo. De acuerdo con Freud, los sentimientos sexuales no volverán a aparecer hasta la pubertad, donde se encuentran los otros dos estadios.
Freud indicaba que entonces la personalidad estaba marcada por los conflictos de los estadios, como anticipación/tardanza o demasiada/poca gratificación en cualquiera de ellos o conflictos inconscientes de los impulsos y las exigencias de la sociedad, y que esto podía volverse un trauma una vez adulto. Más adelante surgió el neopsicoanálisis, que se mostraba menos complejo y se olvida del superyó y el ello, por quedar invalidadas, al igual que el determinismo de la identidad sexual durante la infancia. Sin embargo, la teoría de Freud fue bastante heurística, es decir, siguió produciendo más investigaciones e inspirando a otros investigadores en sus teorías.
Aportaciones de la Etología al Estudio del Desarrollo Infantil
El concepto de infancia que tenemos en la actualidad se trata de un fenómeno relativamente nuevo, construido por la sociedad. A lo largo de la historia no se han reconocido, a los niños y niñas, las capacidades y necesidades que ahora vemos como imprescindibles. Durante los siglos XIX y XX tuvo lugar el desarrollo de la psicología del niño tal y como la conocemos hoy. Se trata de una época de grandes cambios gracias a obras como las de Charles Darwin, Stanley Hall, o Sigmund Freud. Hubo diversos estudios de diferentes disciplinas que contribuyeron en el desarrollo de la psicología infantil, como es el caso de la etología.
La etología aportó a la psicología del desarrollo algunos conceptos como los de “período crítico” o “período sensible”. Con período crítico hacemos referencia al momento específico en el que un acontecimiento o su ausencia tienen un impacto en el desarrollo. Destacamos a Lorenz, quien estudió el fenómeno de la impronta en los animales, el apego. Observó a un grupo de patos y se dio cuenta de que los recién salidos del cascarón seguían al primer objeto en movimiento que veían. Decía que la impronta era un proceso automático e irreversible y que suponía una predisposición al aprendizaje. Si no se adquiría cierta información durante un período crítico, entonces el aprendizaje ya no sería posible. Lo que los etólogos dicen a los psicólogos evolutivos del momento es que el ser humano no es al nacer una tabula rasa, sino que trae inscritas en su organismo una serie de conductas concretas y tendencias, que se activarán con los estímulos del medio. Y que esas conductas se dan en un momento determinado, de tal manera que si no aparecen, el desarrollo normal se ve amenazado.
La más trascendental de las teorías etológicas la hizo Bowlby en relación con el apego. Demostró que, partiendo de unas conductas y unas tendencias de respuesta innatas, los bebés desarrollan fuertes vínculos emocionales con los adultos que protagonizan la interacción con ellos. Los fuertes vínculos emocionales de los niños con los adultos tienen su origen en las conductas y tendencias de respuesta innatas de los bebés, como la impronta de los patos de Lorenz que hacía que siguieran a Lorenz por considerar que si era la primera cosa con vida que veían, “seguramente era su madre”. Investigaciones posteriores han demostrado que esta tendencia del niño a establecer fuertes vínculos no tiene por qué ser necesariamente con la madre biológica, puede serlo con la persona que represente el papel de madre, incluso el padre. Pues la herencia es mediada por el ambiente.
Hoy sabemos que no hay nada determinante, sin embargo, hay ciertos momentos que pueden afectar mucho pero, afortunadamente, presentamos plasticidad y capacidad de cambio. Actualmente se usa más el concepto de período sensible, momento en el que un sujeto es particularmente susceptible a ciertos tipos de experiencias, pero nunca de manera determinante.
El Punto de Vista de la Psicología Genética
La psicología genética estudia el desarrollo de las funciones mentales, con el objeto de comprenderlas en su estado más alto, para ello usa la psicología infantil. Estudia los procesos desde sus orígenes, a partir de funciones simples estudia las funciones complejas de la que éstas forman parte. El ser humano se ha interesado primero por el estudio de la naturaleza que por el estudio de la conducta del hombre, este fue algo más tardío, al igual que los fenómenos sociales. Debido a que los métodos científicos eran eficaces en el estudio de la naturaleza, como por ejemplo con los animales, llevó a verse facilitado en el estudio de la conducta humana.
Quizá por estas razones es por lo que la conducta del niño empezó a estudiarse antes que la del adulto: el niño era algo más semejante a estudiar comparado un animal que a estudiar un hombre. A modo de introducción, aclarar que en la sociedad medieval no existía el sentimiento de la infancia y los niños eran considerados como algo divertido semejante a un animal, además cuando este ya no requería de cuidados especiales entraba a formar parte de la sociedad sin que se hicieran distingos con él; por lo tanto, la infancia, prácticamente no existía. Uno de los primeros defensores de la infancia fue el filósofo Jean Jacques Rousseau (S. XVII), que produjo un cambio de actitud hacia los niños, facilitando y promoviendo así, los trabajos sobre el desarrollo infantil.
Ya en el siglo XVIII empiezan a aparecer observaciones sobre el desarrollo de los niños que son esencialmente diarios realizados por padres o familiares. Pero el más interesante de estos trabajos primitivos es el libro del médico alemán Dietrich Tiedemann, popularizado por el psicólogo Bernard Pérez, que lo considera como el fundador de la psicología del niño. Baldwin fue el primero en abordar una teoría genética del desarrollo en su libro "Mental Development in the Child and the Race" (1894). Para él, la psicología genética se definía como la "investigación de los principios que gobiernan el origen y el desarrollo de los procesos mentales". Ejerció una fuerte influencia sobre Piaget, considerado como el autor con más capacidad empírica de la psicología evolutiva y su interés era definir una epistemología genética, es decir, definir cómo se produce el conocimiento y el desarrollo mental. Para Piaget todos los cerebros humanos son potencialmente científicos.
Piaget dio una concepción diferente de la psicología evolutiva. Hasta este momento la psicología infantil se consideraba como una rama secundaria de la psicología a la que se dedicaban personas que no eran, estrictamente hablando, psicólogos, sino educadores, etc. El desencanto de Piaget por la filosofía se debía a que ésta carecía de conocimiento auténtico, ya que no se practica la experimentación. El conocimiento es imposible sin una epistemología científica, es decir, sin una teoría del conocimiento. Por ello se dedicó al estudio de problemas epistemológicos, uno de los cuales fue el cómo se desarrollan los distintos conocimientos, a partir de la formación progresiva de la inteligencia, concluyendo que el conocer es genético.
Inició entonces (hacia 1920) una serie de estudios, cuyo fin no es el estudio del niño en sí mismo, sino la comprensión del adulto. Por lo tanto, para Piaget, la psicología del niño no es una parte de la psicología, sino una forma, un método de estudiar la psicología general, donde es más fructífero ver cómo se constituyen los diferentes mecanismos del adulto a través de su génesis durante la infancia. Es decir, la psicología genética se centra en el estudio del desarrollo de las funciones mentales, para así poder entenderlas en su estado más acabado, y poder dar respuesta a las grandes preguntas de la psicología.
El Enfoque Sociohistórico
Es una corriente psicológica nacida en la URSS que tiene como máximos exponentes a Vygotsky, Leontiev, Luria...
Se caracteriza por explicar el desarrollo de los procesos psicológicos superiores partiendo de la explicación marxista de la realidad, o lo que es lo mismo, basándose en el materialismo, en la realidad biológica y en la conducta observable. Bajo esta corriente, todo proceso psicológico debe ser estudiado como fruto de una interacción con el medio, estando afectado por el contexto histórico y cultural y descartando cualquier concepción innatista. Lev Vygotsky propone su teoría sociocultural o sociohistórica partiendo de los ideales marxistas y con el fin de llegar al paraíso comunista. Propone el análisis de las bases fisiológicas de cada función psicológica y el análisis del efecto del contexto social e histórico sobre la conducta como nuevos objetivos.
Su teoría es principalmente un enfoque cultural en la construcción de una persona. Defiende la teoría de que si no nacemos en un grupo culturizado no seremos humanos y desarrolla un interés especial por el proceso de cambio, los procesos psicológicos y su evolución. Fundó la escuela neurobiológica que acepta el término de conciencia, que es un aspecto único del ser humano, ya que se construye a través del lenguaje y el simbolismo. La conciencia nos permite tener un autoconcepto de nosotros mismos mediante la construcción de significados, siendo éstos más importantes que el significante, ya que el significado es compartido socialmente.
Para Vygotsky nuestra conciencia es en primer lugar interindividual (cultural) y luego intraindividual (interiorizada para formar nuestro autoconcepto). Los recursos internos van siendo construidos por el sujeto a lo largo de su desarrollo, y dependen en gran medida del medio social en el que vive el sujeto. La cooperación social, según Vygotsky, permitirá a los niños interiorizar las normas y pensamientos sociales, convirtiéndolas en propias. La principal diferencia con respecto a la teoría de Piaget es que tendremos primeramente conciencia intraindividual (interna) y luego interindividual (cultural). Justamente lo contrario a lo propuesto por Vygotsky.
VYGOTSKI: Lenguaje socializado Lenguaje egocéntrico Lenguaje interiorizado / PIAGET: Lenguaje presocial Lenguaje egocéntrico Lenguaje socializado. Puso énfasis en el uso de su teoría en el ámbito pedagógico. Así, Vygotsky proponía un sistema basado en tutorías asimétricas en el que las personas que posean más conocimientos guíen y dirijan el aprendizaje de las personas que tengan menos conocimientos. Debido a esto, todas las personas podrían ayudarse unas a otras formando una cooperación social y, adquiriendo en ocasiones el rol de maestro y en otras y el rol de alumno. Estas tutorías permitirán al niño cruzar la zona de desarrollo proximal, la brecha entre el nivel de desarrollo real y el nivel de desarrollo potencial (lo que ya es capaz de hacer y lo que no puede lograr por sí mismo).
Nivel de Desarrollo Real – Zona de Desarrollo Próximo – Nivel de desarrollo Potencial. Ha recibido varias críticas tales como el uso de un excesivo relativismo (explicación de las conductas dependiendo de la cultura en la que hayamos nacido) y exclusión de un universalismo (pueden haber conductas comunes en diferentes culturas). Finalmente, se centra de manera excesiva en el lenguaje, dando menor importancia a la información emocional y la comunicación no verbal a la hora de desarrollar nuestro autoconcepto.