Desarrollo Infantil Temprano: Capacidades Diferentes y Dificultades Emocionales de 0 a 2 Años

Clasificado en Psicología y Sociología

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Capacidades Diferentes

Existen distintos tipos de capacidades diferentes: motora, sensorial (auditiva, visual o táctil) y mental (respecto de la personalidad, intelectual, asociada). En este proceso, es necesario que los padres puedan conocer tanto el diagnóstico de su hijo como los servicios, los tratamientos y los apoyos a los que pueden acceder, y las formas para hacerlo. Surgen sentimientos ambivalentes y muy variados, como frustración, tristeza, descreimiento, negación, confusión, fracaso, enojo, etc. Pero también pueden manifestarse sentimientos de agradecimiento, de enriquecimiento personal, alegría y satisfacción por llevar adelante un desafío. Cada familia y cada comunidad deben encontrar sus respuestas y sus propios recursos frente a un bebé distinto de lo esperado.

Dificultades en Niños de 0 a 2 Años

1. Los Vínculos

Tipos de Relación Adulto-Niño Pequeño

  • La relación sobreinvolucrada: el adulto demuestra un compromiso físico y/o psicológico excesivo con el bebé, lo controla en permanencia, obstaculiza sus iniciativas, metas y deseos. Frente a esto, el bebé puede desplegar conductas de sometimiento, ser excesivamente obediente o, a la inversa, muy desafiante.
  • La relación subinvolucrada: la conexión auténtica y espontánea entre el adulto y el bebé es solo esporádica, muy poco frecuente. El adulto se muestra poco sensible o no responde a las señales que ofrece el bebé. Dentro de este contexto, el bebé puede parecer atrasado en sus aptitudes motrices y lingüísticas.
  • La relación de estilo ansioso-tenso: se caracteriza por interacciones tensas, restringidas, en las que casi no están presentes los afectos ni los intercambios mutuos. El adulto suele ser sobreprotector y mostrarse extremadamente sensible y preocupado frente a las señales que brinda el bebé. En este tipo de relación, el bebé puede parecer tanto sumiso como ansioso o impaciente.
  • La relación colérica-hostil: se caracteriza por una interacción ruda y abrupta. El tono de las interacciones es hostil y agresivo, hay tensión, y falta de afectos placenteros y entusiasmo. El niño puede parecer asustado, ansioso, inhibido, impulsivo o difusamente agresivo. Puede presentar conductas desafiantes o resistentes hacia el adulto, pero también puede mostrarse temeroso, vigilante y evitativo.

2. La Ansiedad

Las dificultades en el espectro de la ansiedad deben ser consideradas cuando el niño muestra niveles excesivos de ansiedad o miedo más allá de las reacciones esperables dadas las situaciones cotidianas que lo rodean en cada momento evolutivo. La ansiedad o el miedo pueden llevarlo a inhibir su conducta. También puede manifestarse a través de llanto o gritos incontrolables, además de perturbaciones en el dormir y el comer.

3. La Depresión

Los bebés también pueden presentar trastornos en su desarrollo derivados de estados depresivos. Estos estados se encuentran ligados a carencias tanto cuantitativas como cualitativas en los vínculos con sus cuidadores primarios. Se puede inferir la existencia de una organización depresiva en un bebé cuando encontramos que falta en él la natural curiosidad e interés tanto hacia las personas y los objetos que lo rodean, como hacia su propio cuerpo, cuando disminuyen los intercambios sociales en la relación del bebé con las personas que lo rodean. En este sentido, suele suceder que la angustia del bebé frente a los extraños, respecto de su motricidad, un bebé o un niño pequeño deprimido puede mostrar movimientos repetitivos o parciales.

Conclusión

Con la elaboración de la presente monografía podemos destacar que el niño crece como un todo orgánico. Su desarrollo emocional, físico y cognitivo son inseparables e interdependientes. Nos basamos en estudios hechos de imágenes del cerebro, que son particularmente instructivos en este aspecto. Ellos indican que cualquier tipo de experiencia (emocional, social, sensorial, física y cognoscitiva) conforma al cerebro, y que los vínculos afectivos influyen de forma poderosa en el desarrollo cerebral. En nuestra opinión, el crecimiento saludable del ser humano es un proceso profundamente integrado. Hacerse adulto en nuestra cultura se corresponde con esta integración armónica y neural del pensar, el sentir y el actuar.

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