Desarrollo Moral y Autonomía Ética: De Kohlberg a Kant y la Ética del Cuidado
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Madurez Moral: De la Heteronomía a la Autonomía
La teoría de Lawrence Kohlberg se basa en la idea kantiana de que la madurez moral es un proceso que comienza con la heteronomía moral y culmina con la autonomía moral. Kohlberg diferencia tres niveles principales en este desarrollo:
Niveles del Desarrollo Moral según Kohlberg
Nivel Preconvencional
En este nivel, la persona considera justo lo que satisface sus intereses personales. Las normas se respetan únicamente por las consecuencias (recompensas o castigos). Los individuos en esta etapa son inmaduros, pues se dejan llevar por sus impulsos egoístas, lo que los hace heterónomos. Entienden por justo aquello que les conviene directamente.
Nivel Convencional
Aquí, la persona considera justo lo que concuerda con las leyes y expectativas propias de su sociedad. El individuo se siente miembro de una comunidad cuyas normas admite y reconoce. Aunque controlan sus impulsos egoístas, lo hacen para adaptarse a las normas sociales, por lo que siguen siendo heterónomos. Consideran justo lo que es socialmente normal o aceptado.
Nivel Postconvencional
En esta etapa, las personas distinguen entre las normas de su sociedad y los principios morales universales. Son individuos autónomos y su comportamiento se rige por los principios que su propia conciencia reconoce. Se sienten miembros de la humanidad, de modo que la justicia particular es inseparable de la solidaridad global.
La teoría de Kohlberg ha sido complementada y ha demostrado que la persona moralmente madura debe progresar también en los valores del cuidado. Esto significa que la madurez moral es también una cuestión de desarrollar un sentido de compasión y responsabilidad hacia los demás.
Concepto Kantiano de Autonomía
Immanuel Kant propone que las personas podemos elegir nuestros propios fines, lo que nos confiere autonomía. La experiencia muestra que, aunque se haya mentido, afirmamos que eso no es digno de hacerse. Kant denomina a esto la ley de la libertad o ley moral, y el hecho de que tengamos conciencia de ella prueba que nos damos nuestras propias leyes, es decir, que somos libres.
La libertad, desde esta perspectiva, es la propiedad de la voluntad de ser una ley para sí misma. Por ello, conviene asumir dos perspectivas fundamentales:
Perspectiva de los Acontecimientos Externos
La ciencia puede intentar explicar estos acontecimientos como efectos causados por fenómenos que les preceden en el tiempo. En este ámbito, hablamos de leyes naturales.
Perspectiva de la Voluntad Humana
La voluntad humana es capaz de iniciar una serie de efectos por sí misma, rigiéndose por las leyes de la libertad.
Las Dos Voces de la Moral: Justicia y Cuidado
La ética contemporánea ha identificado dos enfoques complementarios en la moralidad:
Lógica de la Justicia (tradicionalmente asociada a un lenguaje masculino)
- Individuación
- Autonomía
- Ley / Derecho / Justicia
- Contrato
- Abstracción
- Universalidad
- Imparcialidad
Lógica del Cuidado (tradicionalmente asociada a un lenguaje femenino)
- Trama de relaciones que puede ser dañada
- Proteger lo vulnerable
- Responsabilidad / Cuidado
- Protección / Autosacrificio
- Narración / Contexto
- Particularidad
- Parcialidad