Desarrollo Moral Infantil: De la Heteronomía a la Autonomía Progresiva

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El Objetivo de la Educación Moral en la Infancia

El objetivo fundamental de la educación infantil es que el niño o la niña sean capaces de elaborar por sí mismos sus propios criterios morales. Estos criterios han de ser coherentes con sus principios y con las normas establecidas socialmente.

Comprendiendo la Moralidad

Definición de Moralidad

La moralidad se refiere al conjunto de valores y normas que posibilitan una convivencia social y respetuosa dentro de la pluralidad. Está configurada por:

  • Valores: Son universales y se refieren a conceptos como el altruismo, el respeto a la vida, la generosidad, la libertad, etc.
  • Normas: Suelen estar determinadas por las culturas y las costumbres, y pueden hacer referencia, por ejemplo, a modos de vestir o a la forma de actuar en lugares públicos.

El Código Moral Individual

El código moral es individual y representa la prioridad que cada persona otorga a los diferentes valores y normas.

Etapas del Desarrollo Moral

Moral Heterónoma: La Dependencia de la Autoridad Adulta

En la etapa de moral heterónoma, el niño o niña dependen de la autoridad de las personas adultas. A esta edad, contemplan las normas como reglas sagradas, inmutables y permanentes, que han de ser consideradas por todas las personas de la misma forma y que siempre se deben obedecer (moral dependiente). Las características principales son:

  • Las cosas son correctas o incorrectas, buenas o malas; no hay término medio.
  • Se juzgan las acciones por las consecuencias que estas producen, no por las intenciones (realismo moral).
  • El castigo marca la bondad o la maldad de un acto. Si reciben un castigo, considerarán que su acción ha sido mala y, si no lo reciben, la considerarán buena (responsabilidad objetiva: el castigo es proporcional a la pérdida material).

Moral Autónoma: Hacia Criterios Propios y la Intencionalidad

La moral autónoma emerge aproximadamente entre los 11 y 12 años. A esta edad, los niños y niñas empiezan a actuar según sus propios criterios y no por imposiciones externas. Lo que para ellos puede ser correcto, para otras personas puede no serlo (autónomo). Sus características incluyen:

  • Se valoran los actos teniendo en cuenta las intenciones y no únicamente las consecuencias (superación del realismo moral).
  • El castigo se concibe como algo que compensa a la víctima de la acción, a la vez que ayuda al culpable a reconocer que ha cometido una acción incorrecta que deberá corregir.
  • Ya no se piensa en un único castigo para cualquier tipo de acción, sino que este debe ser acorde a la gravedad de la acción mal hecha y no solo a la pérdida material (responsabilidad subjetiva).

El Papel de las Sanciones en la Construcción Moral

Es fundamental posibilitar que el niño o la niña escojan y decidan para que puedan construir su propio sistema moral de convicciones. En este proceso, la intervención adulta es necesaria para guiar y establecer límites, y por ello los adultos utilizamos las sanciones. Existen principalmente dos tipos:

Sanciones Expiatorias

Se caracterizan por una coerción alta por parte del adulto y una relación arbitraria entre la sanción y el acto sancionado (por ejemplo, copiar cien veces «no romperé»). La criatura no siente otra necesidad que la de evitar el castigo, por lo que estos tienden a ser cada vez mayores para mantener su efectividad.

Sanciones por Reciprocidad

Implican una coerción baja y una relación lógica entre la sanción y el acto sancionado. Es fundamental, en este enfoque, dejar a la criatura escoger entre dos opciones, fomentando la reflexión y la reparación del daño.

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