Desarrollo Político del Bando Republicano en la Guerra Civil

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Evolución Política en la Zona Republicana Durante la Guerra Civil

Divergencias Internas y Posturas Ideológicas

Al inicio de la Guerra Civil, el bando republicano careció de cohesión, con notables divergencias sobre la revolución y la organización del ejército. Las posturas más extremas fueron representadas por comunistas y anarquistas. Los partidos republicanos burgueses se alinearon más con los comunistas, mientras que los socialistas, profundamente divididos, no lograron desarrollar un programa unificado y se enfrascaron en disputas internas.

Los comunistas, que antes de la guerra habían mostrado una actitud revolucionaria, ahora priorizaban la victoria bélica, ganando el apoyo de pequeños propietarios y militares. Los anarquistas, por su parte, consideraban que la sublevación había creado las condiciones para la revolución, argumentando que guerra y revolución debían ser simultáneas. Los comunistas gradualmente se impusieron en esta polémica, aunque su triunfo nunca fue absoluto.

El Gobierno de Largo Caballero (1936)

En septiembre de 1936, en un momento crítico, Manuel Azaña nombró presidente del gobierno a Largo Caballero. Fue bien recibido inicialmente por los anarquistas, quienes incluso ocuparon ministerios. Caballero se opuso a la unificación con los comunistas, impulsó la militarización y ejerció un liderazgo personalista. Su gestión se vio obstaculizada por la oposición anarquista, que se enfrentaba a quienes buscaban concentrar los esfuerzos en ganar la guerra.

El Enfrentamiento de Mayo de 1937 y la Caída de Caballero

En marzo de 1937, un enfrentamiento entre el gobierno de la Generalitat (apoyado por los comunistas) y los anarquistas junto al POUM, desembocó en una lucha abierta con más de 400 muertos. Tras restablecerse el orden, Andrés Nin, líder del POUM, fue trasladado a Madrid y ejecutado en circunstancias no esclarecidas. Largo Caballero, presionado por comunistas, republicanos y parte de su propio partido, dimitió.

El Gobierno de Juan Negrín (1937-1939)

Juan Negrín fue nombrado presidente del gobierno. Tachado de antirrevolucionario por los anarquistas, su gobierno implementó gran parte de las tareas previstas. En mayo de 1938, presentó sus "13 puntos", de carácter moderado, para poner fin al conflicto. Sin embargo, Negrín cayó en un estilo de liderazgo personalista similar al de su predecesor, distanciándose de Azaña y de una facción del PSOE, y fue acusado de ser procomunista. Con la revuelta de Casado, abandonó el gobierno y se exilió poco antes del final de la guerra. Aunque los comunistas ocuparon puestos clave en el ejército bajo su mandato, esto se debió en gran medida a la incapacidad de otras fuerzas políticas para asumir responsabilidades.

La Formación del Ejército Popular Republicano

Cuando la República finalmente logró establecer un ejército organizado, ya era demasiado tarde para obtener la victoria. Los primeros intentos de militarizar a las masas se produjeron durante el avance de Franco hacia Madrid, pero los mandos militares se quejaban del desorden y la indisciplina, especialmente entre los anarquistas. Los comunistas, con su Quinto Regimiento, demostraron una notable eficacia.

Desde finales de 1936, se creó el Ejército Popular, resultado de la transformación de las milicias en unidades regulares, integradas en las "Brigadas Mixtas" (una especie de ejército en miniatura). Sin embargo, este proceso no se completó en todo el ejército republicano, que además careció de mandos intermedios y nunca dominó la técnica de la ofensiva.

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