Desarrollo Urbano en España: Historia y Evolución
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Poblamiento Urbano en España
En España, se considera ciudad a todo municipio con más de 10.000 habitantes, y semiurbano a aquel municipio que tiene entre 2.000 y 10.000 habitantes y menos del 25% de su población trabajando en el sector primario. La diversidad de ciudades depende tanto de su pasado como de la evolución económica y demográfica reciente.
Las ciudades no surgen en cualquier lugar. Se fundan a partir de un asentamiento previo en emplazamientos que reúnen una o varias condiciones que facilitan la concentración de población y actividades económicas en dicho punto.
El emplazamiento puede ser un lugar donde existen vías de comunicación naturales, como los ríos, o un importante cruce de caminos.
Las ciudades costeras se desarrollan en lugares donde se dan las condiciones idóneas para construir un puerto. Un punto de importancia estratégica y militar, como León, Lugo o Pamplona, surgidas a partir de campamentos militares romanos, también puede ser fundamental, así como la presencia de un importante centro religioso.
En la mayoría de los casos, en el emplazamiento de una urbe coinciden varias de las condiciones citadas. Las ciudades ejercen sobre su entorno una influencia que se manifiesta en la formación de un hinterland o área dominada por la ciudad.
Formación y Evolución del Sistema Urbano
Por lo general, las ciudades españolas tienen un origen muy antiguo. Sin embargo, la primacía demográfica de la ciudad sobre el campo es reciente.
Inicios de la Urbanización
La urbanización de la península se inició en el sur, donde los asentamientos íberos y tartesios tuvieron un carácter prácticamente urbano. Las colonizaciones llevadas a cabo por fenicios, cartagineses y griegos en el litoral mediterráneo, desde Cádiz hasta Roses, pasando por Cartagena, provocaron la aparición de verdaderas ciudades.
Muchas ciudades han tenido continuidad; entre ellas destacan: Cádiz, Málaga, Cartagena, Sevilla y Córdoba.
El periodo romano se caracterizó por su tarea urbanizadora, que llevó a la formación de una auténtica red urbana basada en la organización provincial del imperio y una red de calzadas y vías.
Destacan las ciudades que crecieron como capitales administrativas: Mérida, Sevilla, Tarragona; y aquellas que se formaron a partir de campamentos militares, centros comerciales o lugares de asentamiento de inmigrantes romanos: León y Lugo.
La Urbanización Medieval
Durante la Edad Media, tras el declive de la etapa visigótica, el periodo musulmán representó otro gran impulso para la urbanización del territorio. Córdoba fue, durante el siglo X, la ciudad más poblada y más avanzada de Europa occidental. También experimentó un gran desarrollo un buen número de ciudades andaluzas, como Sevilla, Almería, Granada y Málaga.
Las ciudades de los reinos cristianos del norte no empezaron a crecer hasta los siglos XII y XIII, con el desarrollo del comercio y las ferias, que permitió el crecimiento de ciudades como Barcelona, Salamanca y Valladolid.
También hay que destacar el importante papel que el Camino de Santiago tuvo en el desarrollo de ciudades como Logroño, Burgos y León.