Desarrollo Urbano Preindustrial en España: Orígenes y Evolución Histórica
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El Proceso de Urbanización en España: La Ciudad Preindustrial
El proceso de urbanización se define como la progresiva concentración de la población en las ciudades. En el contexto español, este fenómeno, en su etapa preindustrial, abarca desde el origen de las primeras ciudades hasta el inicio de la industrialización en el siglo XIX. Los rasgos característicos de esta fase son:
- La tasa de urbanización fue modesta y estable, ya que el crecimiento de las poblaciones urbanas y rurales se mantenía paralelo. El tamaño medio de las ciudades rondaba entre los 5.000 y 10.000 habitantes.
- Los factores que impulsaron la urbanización eran de diversa índole: estratégico-militares, político-administrativos, económicos, religiosos y culturales.
- Las etapas clave del proceso de urbanización preindustrial se desarrollaron a lo largo de la Edad Antigua, la Edad Media y la Edad Moderna.
La Urbanización en la Edad Antigua
En la Edad Antigua, las primeras ciudades españolas surgieron vinculadas a la colonización fenicia y griega. Estos pueblos establecieron factorías comerciales en las costas mediterránea y suratlántica con el fin de explotar los recursos minerales y agrarios, dando origen a ciudades como Cádiz.
La romanización conllevó la fundación de numerosas ciudades, entre ellas Tarragona y Sevilla. Sus funciones eran principalmente políticas, militares, administrativas y económicas. Los romanos diseñaron una extensa red urbana, interconectada por vías de comunicación, para facilitar el control comercial y militar del territorio. Las áreas más urbanizadas durante este periodo fueron la costa mediterránea y el valle del Ebro.
Sin embargo, la decadencia del poder romano y las invasiones germánicas a partir del siglo III condujeron a una fase de desurbanización. Muchas ciudades desaparecieron o se transformaron en asentamientos rurales.
El Resurgimiento Urbano en la Edad Media
La Edad Media marcó una nueva fase urbanizadora en la península ibérica. Tras la invasión del 711, el espacio musulmán se extendió desde el sur hacia el norte, fundando ciudades como Madrid y aprovechando asentamientos preexistentes.
Con el avance de la Reconquista, las ciudades musulmanas pasaron a dominio cristiano, y sus habitantes fueron a menudo reubicados en barrios específicos o expulsados. El espacio cristiano, inicialmente limitado a las áreas montañosas del norte peninsular que escaparon al dominio musulmán, tuvo una vida urbana más modesta.
A partir del siglo X, la urbanización se expandió significativamente con la reconquista y repoblación del territorio. En el siglo XIII, el proceso urbano alcanzó su mayor auge gracias a la reactivación del comercio. Esto benefició especialmente a las ciudades situadas a la vera de las rutas comerciales, en los grandes puertos y a lo largo del Camino de Santiago, que funcionaba como una importante vía de peregrinación.
La Urbanización en la Edad Moderna: Auge y Estancamiento
Durante la Edad Moderna, la urbanización experimentó diversos vaivenes. El siglo XVI se caracterizó por un crecimiento urbano continuado, impulsado por el aumento de la población, la expansión económica basada en el comercio con América y el poderío político-militar de la dinastía de los Austrias.
Sin embargo, en el siglo XVII, la urbanización se estancó. Este retroceso se debió a una profunda crisis demográfica y económica, así como a importantes pérdidas territoriales.
Finalmente, el siglo XVIII, con la llegada de la nueva dinastía de los Borbones, presenció una reanimación del proceso de urbanización, principalmente gracias a la recuperación demográfica generalizada.