Descartes: Alma, Certeza y la Existencia de Dios

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El Alma, la Certeza y la Existencia de Dios en Descartes

4. La Naturaleza del Alma y su Distinción del Cuerpo

Se afirma la existencia del “yo” como pensamiento, con independencia del mundo exterior. Se define el yo como una sustancia que no necesita de otra para existir. El alma es independiente del cuerpo, unida a él por la “Glándula pineal”. Esta separación es indispensable para salvaguardar la libertad del alma frente al mecanicismo aceptado para explicar el mundo exterior. Esta independencia no es total, porque al final todo estará subordinado a Dios. El alma es más fácil de conocer que el cuerpo.

5. Criterio de Certeza

La evidencia de la proposición pienso, luego existo se convierte en regla general y criterio universal, prototipo de toda certeza. “Las cosas que concebimos clara y distintamente” son todas verdaderas.

6. La Segunda Certeza: Dios

Descartes procede a demostrar la existencia de Dios a través de tres argumentos:

6.1. Argumentos

  1. Argumento gnoseológico: La idea innata de un ser perfecto.
  2. Argumento causal: La imperfección y dependencia de mi ser.
  3. Naturaleza divina: Señalando lo que Dios no es, se llega a la idea de perfección solo aplicable a él. Dios no está compuesto por dos sustancias, porque eso supondría dependencia y subordinación. Subsiste por sí mismo porque es perfecto. Es infinito, omnisciente, inmutable, eterno y todopoderoso.

Para corroborar la tesis anterior, Descartes introduce una hipótesis accidental: si yo existiese como ser único e independiente, debería poseer las perfecciones atribuidas a Dios; sin embargo, no las poseo, luego es necesario que mi ser dependa de otro más perfecto, Dios.

  1. Argumento ontológico: La idea misma de perfección implica la existencia.

6.2. Conocimiento de Dios y del Alma

Para Descartes, es más fácil conocer el alma y a Dios que lo captado a través de los sentidos, ya que estos nos engañan, mientras que la razón no. Critica la teoría aristotélica y la tomista por decir que todo conocimiento comienza con la experiencia. Para Descartes, las ideas del alma y Dios son innatas, no provienen de la experiencia exterior, sino de mi facultad de pensar.

6.3. La Existencia del Mundo Exterior

Demostrada la existencia de un Dios perfecto y veraz, Descartes pasa a probar la existencia del mundo exterior.

6.4. Dios, Garantía de Toda Evidencia

Dios, idea clara y distinta, se convierte aquí en el criterio de verdad que desvanece la duda. Ha hecho que mis sentidos me muestren las cosas del mundo exterior como si fueran reales. Este razonamiento conduce a lo que algunos críticos han denominado “círculo vicioso”: una idea es clara y distinta porque Dios existe, y Dios existe porque tenemos de él una idea clara y distinta.

6.5. Dios, Fundamento de la Verdad del Mundo Exterior

Dios es la garantía de nuestras ideas, de las ciencias, y suprime la duda. No todos nuestros pensamientos son verdaderos y, aunque tengamos que aceptar como verdaderas las ideas claras y distintas obtenidas en el sueño, es cierto que el sueño es un estado cuyas condiciones fisiológicas son menos aptas que las de la vigilia para ejercitar el pensamiento. De ahí que será más fácil alcanzar la evidencia de nuestro pensamiento estando despiertos que dormidos.

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