Descartes: Argumentos sobre la Existencia y Naturaleza de Dios

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Argumentos Cartesianos sobre la Existencia de Dios

Descartes presenta tres argumentos para demostrar la bondad, perfección y existencia de Dios. Estos argumentos, con raíces en el pensamiento medieval, se asemejan a las propuestas de la escolástica.

El Argumento de las Ideas Innatas

El primer argumento se basa en la idea de que Dios es una idea innata de la razón. Descartes distingue tres tipos de ideas:

  • Ideas adventicias: Originadas en la experiencia empírica (ej., la idea de ornitorrinco).
  • Ideas facticias: Creadas por la mente a través de la imaginación o reflexión (ej., la idea de unicornio).
  • Ideas innatas: Inherentes a nuestra naturaleza, presentes desde el nacimiento, no derivadas de la experiencia ni de la creación mental (a priori).

Descartes plantea la pregunta: ¿Cuál es el origen de la idea de Dios, un ser infinitamente perfecto? Argumenta que esta idea no puede provenir de la experiencia, ya que todo lo que observamos empíricamente es finito. Rechaza que la idea de Dios sea producto de la mente humana, utilizando un argumento medieval: en toda relación causal, la causa debe ser ontológicamente igual o superior a sus efectos. Si el efecto es la idea de Dios, la causa no puede ser algo menos perfecto. Para generar la idea de Dios, deberíamos compartir sus atributos divinos, lo cual Descartes rechaza. Concluye que solo Dios mismo pudo generar en nosotros la idea de Dios. En resumen: la idea de Dios es innata, no proviene de nosotros ni de la experiencia, sino de Dios mismo (prueba indirecta de su existencia).

El Argumento de las Perfecciones Infinitas

El segundo argumento es similar al anterior. Descartes se pregunta cómo es posible que nosotros, seres finitos e imperfectos, tengamos ideas de perfecciones infinitas. Los atributos de Dios (infinitud, eternidad, inmutabilidad, omnisciencia y omnipotencia) son perfecciones absolutas e ilimitadas. Dado que no poseemos tales perfecciones, Dios mismo debe ser la causa de estas ideas.

El Argumento Ontológico

El tercer argumento es una repetición del argumento ontológico de San Anselmo. Dado que Dios es ilimitado e infinitamente perfecto, debe existir necesariamente, ya que su inexistencia implicaría una limitación. La bondad de Dios está en su esencia (siguiendo argumentos medievales), ya que la maldad sería una imperfección y limitación.

Conclusión

Los tres argumentos convergen en la misma conclusión: Dios existe, es infinitamente perfecto y bueno. Dada su veracidad, perfección y bondad, Dios garantiza metafísicamente la existencia de las otras dos sustancias (el pensamiento y el mundo), así como la validez del conocimiento racional, disipando cualquier duda escéptica.

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