Descartes y la Búsqueda de la Verdad: Superando el Escepticismo con la Duda Metódica
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Introducción a la Duda Cartesiana
René Descartes presenta tres argumentos u objeciones escépticas que buscan poner en duda la totalidad de nuestros conocimientos.
Los Tres Argumentos Escépticos de Descartes
Estos son los pilares sobre los que Descartes construye su proceso de duda:
1. El Error de los Sentidos
El primero de estos argumentos es el de la falacia o error de los sentidos, que pone en tela de juicio el conocimiento que nos aportan los sentidos sobre la realidad exterior.
2. El Argumento del Sueño
El segundo es el argumento del sueño. Este establece que a menudo carecemos de criterios claros para distinguir entre el estado de vigilia y el de sueño. ¿Cómo podemos probar que en este preciso instante no estamos soñando? En definitiva, este argumento nos lleva a dudar de la existencia de la realidad exterior e incluso de nuestro propio cuerpo, aunque no afecta a las verdades matemáticas.
3. La Hipótesis del Genio Maligno
El tercer argumento es la hipótesis del genio maligno. Descartes postula la posibilidad de que exista un ser extremadamente poderoso y astuto que nos haya creado y que se empeñe en engañarnos cada vez que creemos intuir la verdad. Esta hipótesis nos hace dudar de la totalidad de nuestros conocimientos e incluso de nuestra propia capacidad de conocer.
La Duda Metódica y el "Cogito, Ergo Sum"
Ahora bien, la duda metódica no conduce a Descartes al escepticismo. Aunque puedo dudar de todos mis conocimientos, no puedo dudar de que estoy dudando. Y si dudo, estoy pensando; y si pienso, debo existir: Cogito, ergo sum (Pienso, luego existo).
El Fundamento del "Yo Pensante"
Para Descartes, 'pensar' hace referencia al conjunto de actividades u operaciones que realiza nuestra mente. Es imposible que pueda haber duda a menos que haya un dudante; no tendría sentido afirmar que existe una duda 'D' sin que haya alguien que dude de 'D'.
Pero, ¿qué nos aporta el Cogito, ergo sum? Esta primera verdad no solo nos informa de la existencia del sujeto, sino que también aporta conocimientos sobre la naturaleza de ese 'yo'. A la pregunta '¿Qué soy?', Descartes contesta: 'Soy una cosa que piensa', es decir, una mente, un alma pensante.
El Criterio de Verdad Cartesiano
En segundo lugar, el Cogito restaura el criterio de verdad cartesiano. De esta primera certeza, Descartes deduce su criterio de verdad: "Todo lo que perciba con igual claridad y distinción será verdadero y podrá afirmarse con certeza."
Conclusión: La Duda como Herramienta hacia la Verdad
En definitiva, la duda metódica ha permitido a Descartes encontrar la primera verdad indudable que buscaba, desmantelando así los argumentos escépticos que defendían la imposibilidad del conocimiento. Es una duda, como hemos visto, metódica, una herramienta fundamental para alcanzar la verdad.