Descartes y el Cogito: El Origen del Pensamiento Moderno

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La idea principal del texto es que lo único de lo que Descartes puede estar seguro es de su existencia como ser que piensa. Es decir, "yo soy, yo existo", pero solo mientras está pensando. A partir de esta certeza, concluye que su verdadero ser no es su cuerpo, sino su mente.

Para llegar a esta conclusión, Descartes usa la duda metódica: pone en duda todo lo que antes creía, incluyendo su cuerpo y sus sentidos, porque pueden engañarlo. Incluso plantea la idea de un genio maligno que lo hace dudar de todo. Pero hay algo que no puede negar: el hecho de que está pensando. A partir de esta única verdad segura (cogito ergo sum), analiza lo que significa ser una "cosa que piensa" y concluye que pensar implica dudar, entender, afirmar, negar, imaginar y sentir.

El Problema de la Identidad Humana

El problema principal que plantea el texto es el de la identidad y la naturaleza del ser humano. Descartes se pregunta qué es en realidad, más allá de lo que le dicen sus sentidos. Su respuesta es que no es un cuerpo, sino una mente, lo que lo lleva a su famosa separación entre cuerpo (res extensa) y alma (res cogitans).

La idea de que el ser humano es, ante todo, un ser pensante es una de las bases del pensamiento de Descartes. Con esta idea, establece un punto de partida seguro para construir todo su sistema filosófico. Para él, la razón es la única forma confiable de conocer la verdad.

Este fragmento es clave porque marca el momento en que Descartes pasa de la duda absoluta a la primera certeza: su propia existencia como ser pensante. Con esto, abre el camino para el resto de su filosofía, incluyendo la separación entre mente y cuerpo y la demostración de la existencia de Dios.

El objetivo de Descartes era encontrar una verdad completamente segura, algo de lo que no pudiera dudar. Su método de duda lo lleva a descubrir que lo único que no puede negar es que está pensando. A partir de esta idea, construye su filosofía y sienta las bases del pensamiento moderno.

Para Descartes, el yo se define solo por el pensamiento: "pienso, luego existo" (cogito, ergo sum). La identidad del ser humano no depende del cuerpo ni del mundo exterior, sino de la mente (res cogitans), separada del cuerpo, lo que origina el dualismo mente-cuerpo en la filosofía moderna.

El Contraste con la Filosofía Antigua

En la filosofía antigua, el ser humano es una unión de alma y cuerpo. Platón considera el alma inmortal y dividida en tres partes (racional, irascible y concupiscible), necesitando al cuerpo para interactuar con la realidad. Aristóteles, en cambio, ve al ser humano como una sola sustancia (hilemorfismo), donde el alma es la forma del cuerpo y tiene tres funciones (vegetativa, sensitiva y racional). Aunque la razón define al ser humano, no existe sin el cuerpo.

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