Descartes: Duda, Dios y la Construcción de la Certeza
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La Duda y la Certeza en Descartes
En este párrafo [referencia a la Parte 4, Párrafo 7 original], Descartes expone en primer lugar que se ha de dudar más de cosas como tener un cuerpo o la existencia de los astros y la tierra. Descartes argumenta esto diciendo que cuando soñamos también, si de la existencia de Dios o del alma, vemos otros astros y otra tierra y tenemos un cuerpo distinto; pero entonces no podemos estar completamente seguros de que eso no es real. Aquí plantea una pregunta: ¿Cómo se sabe que los pensamientos que nos vienen de los sueños son más falsos que los eternos?
Descartes dice que no se puede poner en duda [la realidad de los pensamientos de la vigilia] sin presuponer la existencia de Dios. Según Descartes, la certeza de que lo que concebimos de manera clara es real se debe a la existencia de Dios, ya que es perfecto y todo lo que viene de él no tiene error. Termina diciendo que si no tuviéramos la conciencia de que todo lo real y correcto viene de un ser perfecto e infinito...
Certeza Moral vs. Certeza Metafísica
Según el texto, la seguridad moral es el saber algo por el hábito, la costumbre basada en la experiencia, pero este es confuso y meramente da un conocimiento probable, sin que intervenga la razón. En la experiencia no se da ni el alma ni Dios.
Una certeza metafísica es una verdad indudable, se sabe que es ciertamente verdadera y real, pues se muestra con total evidencia y claridad ante nuestra mente. Las certezas metafísicas fundamentales son la experiencia del Alma y de Dios, siendo Dios el dueño de nuestro conocimiento.
La Ontología Cartesiana y la Duda Metódica
Esta sección [referencia a la Parte 4 original] detalla la ontología del Discurso del Método, esto es, el proceso deductivo que va del Cogito, ergo sum (demostración de la sustancia pensante) a la existencia del mundo (demostración de la sustancia extensa), pasando por las necesarias pruebas de la existencia de Dios (sustancia infinita). Constituye, pues, su metafísica o Teoría de la Sustancia. El orden deductivo es sumamente importante, aunque al final, la única garantía de que el razonamiento del filósofo es correcto es el hecho de que Dios existe y es un ser perfecto.
En el Discurso del Método las pruebas de la existencia de Dios están menos elaboradas que en las Meditaciones Metafísicas. Aun así, Descartes se afana por probar que tal existencia es, no solo necesaria a toda ontología, sino la garantía misma de la imposibilidad de la duda hiperbólica. Al existir mayor perfección en conocer que en dudar, y al quedar establecida la infinitud y perfección divinas, nuestros razonamientos tienen abierto el camino hacia la verdad. Análogamente, el hecho de que estos son más claros y persistentes en la vigilia que en el sueño debe persuadirnos de la evidencia de nuestra Razón. Descartes distingue también entre la Razón, los Sentidos y la Imaginación.
La Duda Según Descartes
Según Descartes, la duda es lo que deja en suspenso el juicio o difiere una decisión. Descartes propone una duda metódica que considera falsas las cosas del propio cuerpo, mundo y verdades matemáticas. Esta duda le permitirá alcanzar la verdad y se caracteriza por:
- Su radicalismo: no admite distinción entre verdad y falsedad.
- Su carácter racional: dada la existencia de motivos para dudar.
- Su carácter voluntario: la duda se asienta en una decisión de dudar.