Descartes: Duda Metódica y el Cogito

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Si se presentaban aspectos dudosos, Descartes llega a concluir que "todos los conocimientos resultan dudosos si no están fundados directa o indirectamente" en el famoso cogito ergo sum.

La información que proporcionan los sentidos puede ser engañosa, puede que sea una ilusión perceptual. Por ejemplo: cuando introduzco un lápiz en el agua y parece estar quebrado. No es prudente fiarse de quien nos ha engañado en alguna ocasión, por lo que será necesario someter a duda. Igual es exagerado dudar de todo lo que percibo a través de los sentidos. Ni siquiera podemos distinguir la vigilia del sueño (lo que nos ocurre cuando creemos estar despiertos o cuando estamos dormidos). La indistinción entre el sueño y la vigilia amplía la duda de lo sensible a lo entendible (inteligible), de modo que todos mis conocimientos me parecen ahora muy inciertos. No solo podemos dudar de los sentidos sino también de aquellos conocimientos que no parecen venir de ellos, un Dios que me he creado que, por más que dude de la matemática que es algo lógico y preciso, me deja equivocarme a veces y siempre. Descartes plantea otra opción: que exista un genio malvado que siempre me engañe, que te hace tomar lo falso por lo verdadero, me hace considerar que todos mis conocimientos son dudosos. No puede dudar de que duda. La primera verdad: "pienso, existo".

Descartes se ve obligado a dudar de todo, y es ahí cuando se da cuenta de que para ser engañado ha de existir, "cogito sum". Para equivocarme, ser engañado o pensar es necesario que exista. "Aun cuando no entiendo bien quién soy yo, sé que necesariamente soy". Distingue 3 tipos de ideas:

  • Ideas adventicias: parecen proceder del exterior de mí, es decir, del mundo, llegándome a través de los sentidos.
  • Ideas facticias: parecen proceder del interior de mí, las fabrico yo con la imaginación, producto de la fantasía.
  • Ideas innatas: no proceden del exterior ni del interior de mí, son las que trae consigo el hombre. Mi yo pensante las posee dentro de sí desde siempre, parecen "nacidas conmigo", por ejemplo: la idea de Dios. Son ideas claras y distintas que poseen en sí mismas evidencia racional indudable.

(Infinitos y perfección) que lo llevan a demostrar la existencia de Dios, ya que un Dios no puede ser imperfecto y finito. Se elimina la posibilidad de que me haya creado de tal manera que siempre me engañe.

El Método Cartesiano

El método en Descartes tiene 4 principios básicos:

  1. Evidencia: No admite como verdadera cosa alguna, solo hay que admitir como verdaderas aquellas afirmaciones que nuestro pensamiento intuye con tal claridad y distinción que no es posible dudar de ellas en absoluto.
  2. Análisis: Dividir cada una de las dificultades que examinara en cuantas partes fuera posible y necesario para su mejor comprensión.
  3. Síntesis: Ordenar los pensamientos, empezando con los objetos más simples a los más complejos.
  4. Enumeración: Hacer en todo enumeraciones tan completas y revisiones tan generales que llegase a estar seguro de no omitir nada.

La Relación Mente-Cuerpo

Cuerpo como objeto de estudio de la mente, separa al hombre del resto. Al cuerpo de la subjetividad, base del concepto cuerpo-máquina.

Las ideas adventicias y las facticias no sirven para demostrar a partir de ellas la existencia real del mundo: las adventicias porque, aunque parecen provenir precisamente de fuera de mi pensamiento, pueden en realidad ser un sueño mío, y las facticias, porque al ser fabricadas por mi cogito, no sirven para demostrar la existencia de nada exterior a él. Por eso las únicas ideas que le permiten a Descartes demostrar la existencia indudable del mundo, realidad exterior al pensamiento, son las ideas innatas y entre ellas la idea de Dios.

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