Descartes y la Encrucijada del Siglo XVII: Contexto Histórico-Cultural
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Contexto Histórico-Cultural de Descartes
Introducción Biográfica
Descartes es el primer gran filósofo de la Edad Moderna, así como el iniciador de una de las dos corrientes fundamentales que la caracterizan, el Racionalismo. Nació en Francia, en La Haya, en 1596. Recibió una educación esmerada en el colegio jesuita de La Flèche y se licenció en Derecho por la Universidad de Poitiers en 1616. Finalmente, en 1628 se marcha a Holanda, donde se instaló definitivamente. En 1649, por invitación de la Reina Cristina de Suecia, se trasladó a Estocolmo, donde murió en 1650 a causa de una pulmonía.
La Crisis del Siglo XVII
Descartes vive y publica su Discurso del método en el siglo XVII, caracterizado por los numerosos cambios que hacen tambalearse lo que hasta entonces se consideraba cierto y seguro. Esta crisis generalizada se manifiesta en diversos ámbitos:
- Campo demográfico: Se produce un descenso importante de la población.
- Campo económico: Se inicia un periodo de inestabilidad, con protestas por la introducción de los impuestos reales.
- Campo político: Se consolida la monarquía absoluta en Francia (Luis XIII).
- Campo ideológico y religioso: La Guerra de los Treinta Años (1618-1648), en la que Descartes tomó parte en el ejército de Mauricio de Nassau, posee un trasfondo religioso fundamental: la lucha entre católicos y reformados (protestantes).
Crisis Religiosa y Filosófica
La crisis religiosa, avivada por la Reforma Protestante, rompe con la unidad de la cristiandad y se empieza a dudar de la autoridad del Papa, que había sido uno de los pilares de la Edad Media. No obstante, esta unidad ya había sido cuestionada previamente por el nominalismo de Ockham, por el Humanismo renacentista y por los albores de la Revolución Científica.
El nominalismo había sido el primer movimiento en proponer la separación de la razón y la fe al negar la existencia de verdades que fueran a la vez indudables y cognoscibles tanto por la razón como por la fe, pues sostenía que la razón no puede llegar a conocer a Dios por sí misma.
Otro de los grandes cambios es el giro antropocéntrico que se produce con movimientos como el Humanismo. Se rompe con el teocentrismo medieval. Esto influye en la concepción del método cartesiano, que parte del conocimiento indudable del yo pensante (cogito ergo sum) como fundamento para deducir otras realidades.
La Revolución Científica y el Modelo Matemático
La Revolución Científica tiene también una gran influencia en las posturas filosóficas de este siglo. Hasta entonces, el conocimiento del cosmos seguía presidido por la física de Aristóteles y la astronomía de Ptolomeo, con su modelo geocéntrico. Copérnico, Kepler y Galileo son los precursores del nuevo modelo heliocéntrico, que transforma la imagen del universo.
En este tiempo de constantes cambios que rompen con la concepción tradicional del mundo, solo las demostraciones matemáticas parecen mantener su certeza indudable. Además, impulsan cualquier ciencia a la que se apliquen. Esto lleva al Racionalismo a tomarlas como modelo ideal de conocimiento seguro y riguroso.
Contexto Cultural: Barroco y Neoclasicismo
Desde el punto de vista cultural, su tiempo es el Barroco. Es una época cuyo tono general tiende al pesimismo y la desmesura. A este pesimismo contribuye en gran medida la confrontación teológica entre católicos y protestantes de la que hemos hablado antes. Otro rasgo cultural determinante es la invención y desarrollo de la imprenta. Este invento permite, entre otras cosas, que el ámbito de la cultura salga fuera de los círculos exclusivamente eclesiásticos, haciéndose accesible a personas ajenas al clero.
Este hecho se explica también desde el cambio de mentalidad respecto a la Edad Media. La Edad Media no fue simplemente una época bárbara y oscura, como a veces se la califica. En la percepción común sobre ese periodo hay a menudo un error de perspectiva, que proviene del deslumbramiento provocado por el Renacimiento, una época de grandes novedades que, a su vez, prepararon la crisis manifestada en el Barroco.
El Neoclasicismo es otro factor cultural relevante, que intenta dominar la crisis mostrada por el Barroco mediante la imposición de una ley y un orden racionales, ideal que también buscaba Descartes en la filosofía. El Neoclasicismo establece el orden, la claridad y la sencillez como formas de organizar la variedad de las cosas, aunque sea un orden impuesto y una claridad y sencillez pensadas, no espontáneas o naturales.