Descubre las Principales Corrientes del Pensamiento Ético: de Sócrates a Habermas

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Principales Corrientes de la Filosofía Moral: Un Viaje a Través del Pensamiento Ético

Intelectualismo Moral

Sócrates (470-399 a. C.)

El intelectualismo moral sostiene que la moral es, esencialmente, un tipo de saber. Conocer el bien implica, necesariamente, actuar bien. Por lo tanto, solo el ignorante actúa de manera inmoral. Sócrates enfatizaba la obligación de desarrollar nuestro conocimiento y prestar atención a nuestro dáimôn (una especie de "genio interior" que nos advierte cuando estamos obrando mal).

Eudemonismo

Aristóteles (384-322 a. C.)

El eudemonismo, cuyo principal representante es Aristóteles, postula que el fin último de la vida humana es la eudaimonía, que suele traducirse como "felicidad". Sin embargo, la felicidad se entiende de diversas maneras. Para Aristóteles, reside en la vida contemplativa (la vida dedicada a la razón) y en la conducta moral prudente y social, encontrando la virtud en el "justo medio" entre los extremos.

Hedonismo

Aristipo de Cirene (435-350 a. C.) y Epicuro de Samos (341-270 a. C.)

Para los hedonistas, el bien supremo se identifica con el placer. Dentro del hedonismo, encontramos dos corrientes principales:

  • Cirenaicos (siglo VI a. C.): Priorizaban el goce sensorial inmediato.
  • Epicuro de Samos: Defendía que el placer verdadero consiste en la ausencia de dolor. Esto implica una previsión de situaciones que puedan causar dolor futuro. Para Epicuro, los placeres intelectuales (incluyendo el arte y la amistad) son superiores.

Estoicismo

Zenón de Citio (336-264 a. C.), Séneca (4 a. C. - 65 d. C.) y Marco Aurelio (121-180)

El estoicismo promueve la indiferencia ante los placeres y los dolores (apatía) y una vida austera. Los estoicos creían que el ser humano está sujeto a un destino inexorable que no puede controlar. La actitud correcta, por lo tanto, es la resignación y la imperturbabilidad (ataraxia), que se alcanzan a través de la razón. El esfuerzo y la disciplina son fundamentales. Los infortunios, según esta visión, nos hacen más sabios y nos acercan a la virtud.

Iusnaturalismo

Tomás de Aquino (1225-1274) y Thomas Hobbes (1588-1679)

El iusnaturalismo defiende la existencia de una ley moral natural, objetiva (no creada por el hombre) y universal, que determina lo que está bien y lo que está mal. Otras leyes humanas están subordinadas a esta ley natural. El ser humano, considerado a imagen y semejanza de Dios (en el caso de Tomás de Aquino), encuentra esta ley en su interior y es libre de acatarla o no.

Formalismo Kantiano

Immanuel Kant (1724-1804)

Kant propuso una ética formal, en contraste con las éticas materiales (que ofrecen un conjunto de normas o prohibiciones). La ética formal no nos dice *qué* hacer, sino *cómo* debemos actuar. Las normas morales, según Kant, deben ser:

  • Universales: Válidas para todos.
  • Racionales: Deben tener una forma racional.
  • Garantizar la autonomía moral: Deben emanar de la propia razón de un ser libre.

Estas normas se expresan en forma de imperativos categóricos, como el famoso: "Actúa de tal manera que tu acción pueda convertirse en norma universal".

Emotivismo

David Hume (1711-1776) y Bertrand Russell (1872-1970)

El emotivismo se opone al racionalismo ético. Sostiene que los juicios de valor, incluyendo los juicios morales ("esto es bueno", "esto es correcto"), surgen de emociones y sentimientos, no de la razón. Por lo tanto, los juicios morales no pueden ser argumentados ni verificados racionalmente. Para transmitir nuestros juicios morales, debemos influir en los sentimientos y la conducta de los demás.

Utilitarismo

Jeremy Bentham (1748-1832) y John Stuart Mill (1806-1873)

El utilitarismo considera que la finalidad de la acción humana es la felicidad, entendida como el máximo provecho para el mayor número de personas. Toda acción debe ser juzgada según el "principio de utilidad": una acción es buena cuando nos acerca a la felicidad colectiva.

Ética Discursiva

Jürgen Habermas (1929- )

La ética discursiva establece que una norma moral es aquella que es aceptada por la comunidad de diálogo. Los participantes en esta comunidad:

  • Tienen igualdad de derechos.
  • Son libres e iguales.
  • Utilizan el lenguaje (una capacidad universal).
  • Buscan el beneficio colectivo.

A diferencia de Kant, quien decide si una norma es moral no es el individuo aislado, sino toda la comunidad de hablantes, en una situación ideal donde no existe la coacción.

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