Descubriendo el Arte Rupestre: Caballo Chino en la Cueva de Lascaux

Segundo Caballo Chino: Una Mirada al Arte Rupestre de Lascaux

Contexto Histórico y Ubicación

Nos encontramos ante una obra pictórica denominada Segundo Caballo Chino con una flecha clavada en el vientre. Esta obra se sitúa en el periodo de la pintura rupestre, específicamente en las pinturas paleolíticas de la zona franco-cantábrica, alrededor del año 11.000 a.C. Su localización exacta es la Cueva de Lascaux, en Dordoña, Francia. La pintura está diseñada en el interior de una cueva, ya que en el periodo paleolítico se consideraba a la cueva como un "santuario de fertilidad".

Técnicas y Materiales

En la época, era común utilizar diversas técnicas para la creación de estas obras:

• Aplicación directa con los dedos.
• Pinceles de cerda.
• Espátulas.
• Proyección de pintura soplándola con la boca contra la pared.
• Uso del buril de sílex para contornear la figura, a modo de un rudimentario esgrafiado.

Análisis Cromático

En cuanto al color, se recurría a la policromía, es decir, la utilización de varios colores. En este caso, los colores básicos son el negro, rojo y ocre, obtenidos mediante roca pulverizada aglutinada con grasa animal. En esta obra, se aprecia claramente la utilización de estos tres colores. Además, se observa la degradación tonal, produciendo cambios en la intensidad de los tonos para generar volumen.

Características Formales

La obra representa un animal de gran tamaño, concretamente de 140 cm, buscando el naturalismo. Su posición es estática y no forma parte de una composición grupal, ya que era frecuente representar al animal solo, sin acompañantes.

Significado y Simbolismo

El tema principal de esta pintura es la magia de procreación. Se representaban animales preñados, como el que se observa en esta obra, con una flecha clavada en el vientre para estimular la reproducción. El significado de estas pinturas se relaciona con un pensamiento que buscaba asegurar la caza mediante la proyección del animal. Cuanto más natural fuera la pintura, mayores eran las probabilidades de éxito en la caza. No hay que olvidar la superstición de la época, que impedía la representación de animales dañinos para el ser humano, como serpientes u osos.