Desigualdades Sociales y Educación: Clase, Género, Etnia, Juventud y Mercado Laboral
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Módulo 2: Aproximación a la Sociología Macro-Micro
1. Sociología de Clase, Género y Etnia
Se ha producido un manifiesto resultado desigual en las políticas igualitarias que se han intentado en relación con la etnia, la clase y el género, en cuanto a la educación.
1.1. Clase, Género, Etnia: Una Historia de Desigualdades Sociales y Exclusiones
En el sistema educativo, especialmente el escolar, se han dado muchos pasos adelante. También es verdad que la cultura funcional del papel de los sexos en la sociedad aún incide mucho. Diferenciaciones explícitas que a menudo son prácticamente inexistentes en las escuelas, pero hay un ámbito donde se mantienen las diferenciaciones explícitas, que es lo que se refiere a cuestiones que guardan una relación con el cuerpo, como es el caso de los deportes. La sociedad mediática no ayuda nada a superar esta situación, ya que las funciones de la mujer han cambiado más bien superficialmente, especialmente en la publicidad. Lo hacen como reclamo comercial, no como elemento superador de las diferencias. Boticaria, telefonista, jornalera, criada, monja, prostituta..., son los tópicos asignados a la mujer para ejercer su función social. Pero todavía es una manera de justificar las ocupaciones más valoradas por los hombres. Es generalizada la constatación de que el magisterio es una profesión feminizada. La propaganda oficial nos hace ver que los pasos dados son muy largos y que caminamos hacia un proceso de igualdad. Pero la discriminación por razones de clase, género y etnia persiste.
Aquí la podemos plantear como un elemento más de la estratificación social, en el sentido que tanto la clase social, como la discriminación de la mujer y la minorización o exclusión de una etnia, son fruto de la jerarquización social y provocan una situación de desigualdad educativa, al menos de salida. Una cuestión que es fruto de una desigualdad social que difícilmente la educación puede corregir. Aunque la escuela se presenta a menudo como una institución no discriminatoria, la sociología, por el contrario, presenta la escuela como una institución que reproduce o refleja las divisiones sociales preexistentes, y más bien es un mecanismo que contribuye a reproducirlas en escala social global. La escuela actual es un modelo pensado para las clases y los grupos sociales más favorecidos. Pero la escuela es la institución que ha hecho más pasos a favor de la no discriminación de la mujer.
La sociedad patriarcal está fundamentada en la división sexual del trabajo: las mujeres asumen la tareas del hogar y cuidan de los hijos, mientras que los hombres hacen el trabajo productivo. En esta división del trabajo sexual, la mano de la mujer es considerada como si cumpliera una función de servicio a los demás. La mujer sufre un trato discriminatorio, gana salarios más bajos, tiene menos oportunidades y se limitará a ocupar los puestos a menudo ofrecidos como complementarios para su economía familiar, incluso a tiempo parcial.
2. Sociología de la Infancia, Adolescencia y Juventud
No podemos hablar de una sola infancia, adolescencia y juventud, porque depende de su ubicación en el conjunto de la sociedad, como clase, género y etnia, por ejemplo. Ahora la sociedad del bienestar se encuentra con que su socialización se ha de institucionalizar desde el punto de vista formal al margen de la familia porque ésta no puede cubrir las exigencias que la vida cotidiana. Los niños, los adolescentes y los jóvenes viven un proceso de maduración social, pero al mismo tiempo estas etapas que sufren son consideradas como inmaduras, sus valores son instrumentalizados y utilizados, y por tanto son objetos del mercantilismo. Una de estas sensibilidades utilizadas es la inocencia infantil, la disconformidad, las ganas de afirmación de los adolescentes, el dinamismo o el cultivo del cuerpo juvenil.
Se dice que la conflictividad estudiantil ha pasado de la universidad a los institutos. Una de las causas de esta conflictividad puede ser el deterioro de la escuela pública, pero también puede ser que el descontento realmente afecte la adolescencia porque la perspectiva de los cambios no es tan optimista como antes era, en la que la perspectiva de competitividad es muy acentuada, y el entorno familiar también es cambiante. Hay más inestabilidad.
2.1. Características de la Protección de la Infancia y la Adolescencia en la Sociedad del Bienestar
En la sociedad moderna, abusamos de los vínculos de autoridad que nos atan y a menudo nos damos cuenta de que, en el mundo actual, ciertas capas de población infantil quedan desprotegidas. En el norte hay casos donde los derechos de los niños son violados, con una moral muy hipócrita de ciertos poderes establecidos. De todos modos, los grandes beneficiados de la explotación de los niños y de las mujeres del sur son las grandes potencias del norte y los países desarrollados. Los niños, los adolescentes y los jóvenes son el primer elemento de consumo en el Estado del bienestar y en la sociedad del bienestar, son la justificación de la inversión del capital humano y cultural del capitalismo moderno, también los de ocio, y que provocan una situación nada clara en relación con su desarrollo como personas y por el negocio de otros tipos que se hacen en ellos.
El niño debe disponer de herramientas sociales y psíquicas para poder emanciparse, realizar por sí mismo y no caer en un individualismo egoísta e insolidario. El progreso nos fuerza a considerar nuevas dependencias, los padres deben poner los niños en manos de los expertos y los técnicos, sean de salud física o mental, de educación; el niño vive en un mundo urbano que no tiene una calidad de vida. Un mundo de difícil convivencia donde el espacio físico se encuentra deteriorado. El niño moderno vive en un mundo artificioso y poco motivador para una vida más natural y humana. A nivel de socialización, se mezcla la agresividad y la protección, incluso en el juego, la artificialidad está patente. Se genera la absoluta necesidad de incorporar un tipo de educación informal a la educación formal, en que los niños se ven inmersos en un montón de actividades extraescolares, diferenciadas según el sexo y donde se detectan uno de los aspectos socializadores sexistas de la actualidad.
En la infancia se producen necesidades y cambios de intereses, como la necesidad de formar grupos, de reafirmarse como personas, de llamar la atención... En este periodo ya se tienen muchas informaciones que antes era impensable que tuvieran, como es la información sobre la sexualidad, la influencia de la TV, etc., pero eso les provoca una ansiedad y una necesidad de saber cómo salir. El ambiente actual, con la prolongación de la adolescencia y la estancia en la casa y con la perspectiva que se podrá encontrar trabajo en la misma casa, ha hecho que la visión de los adolescentes haya evolucionado.
2.2. Los Jóvenes, la Educación y la Modernidad: Problemática de la Integración Social de los Jóvenes. Elementos para Comprender sus Características Socioculturales
Debemos sospechar de una manipulación, no sólo de los valores juveniles, sino de la juventud misma. La juventud a menudo es tratada como un problema social, propensa a la desviación social, a la delincuencia, a la inadaptación. La juventud se considera como una etapa imperfecta de la vida y que hay que ajustar y adaptar a la sociedad para que en un determinado momento los jóvenes sean útiles a la sociedad. La preocupación por los temas de la juventud tiene un carácter paternalista. Hay que decir que no hay una sola juventud, sino que hay varias. Estas diversas juventudes, según los grupos, las clases sociales, las subculturas sociales..., varían en su comportamiento según sus intereses, formas de relación y momento de la dinámica de la sociedad que, al mismo tiempo, se esfuerza por estandarizar modos y comportamientos de acuerdo con los mercados y las culturas.
Estudio-trabajo-ocio; este conjunto conforma parte de la explicación de las cuestiones más debatidas referidas a la adolescencia. La Universidad cada vez más se convierte en una herramienta de selección social, en una sociedad credencialista, donde el título es un valor en sí mismo. Las exigencias del mercado de trabajo hacen variar las políticas educativas actuales, y la tecnocracia educativa facilita los planteamientos hacia una acentuada preocupación de los reformistas para adecuar la socialización y la escuela a la transición al mundo del trabajo de los jóvenes.
3. Sociología de la Transición a la Vida Activa y Mercado de Trabajo: El Papel de la Educación
La descalificación del trabajo y la sobrecualificación del trabajador (Fernández Enguita). Se producen graves diferencias territoriales, donde el mundo desarrollado sale ganando y el papel de la educación en la transición al mundo laboral tampoco acaba de ser lo que nos puede señalar la teoría del capital humano ni acaba de ofrecer, desde el punto de vista del sistema escolar, lo que el mercado exige.
3.1. El Desajuste del Mercado Laboral y la Oferta Escolar y la Socialización Laboral a partir de la Mentalización Escolar Capitalista
Regresamos al mercantilismo en la educación para disponer de un «papel» que justifique que nos hemos especializado. Es la recuperación de la mentalidad ilustrada y decimonónica del utilitarismo educativo. Es claro que una de las funciones sociales de la escuela es preparar para la vida y para contribuir a la calidad de vida de la sociedad. El tema es saber de qué tipo de vida y de qué calidad hablamos, porque si lo que se trata es de fomentar una educación competitiva, individualista, deculturadora, servilista, etc., muy relacionada con el poder económico y político, ayudamos a hacer unos seres humanos conformistas con el desarrollismo, las desigualdades y la insolidaridad.
Desde el momento en el que se produce la división del trabajo y en la que hay, unos que son amos y otros que forman la fuerza del trabajo, se produce un plan de desigualdad y entran en juego circunstancias que provocan conflictos para conseguir el control de los bienes de producción. Hay que mencionar el hecho de las estrategias sindicales para ofrecer alternativas a la especulación y a la explotación, si bien últimamente con una gran moderación en el ámbito del Estado español, con propuestas consensuadoras. Si la educación se pone al servicio del desarrollismo tecnocrático, eso no quiere decir que sea, educativamente hablando, un elemento potenciador de un bienestar colectivo. En la actual coyuntura, el Estado de bienestar es puesto en cuestión, ya que no resulta eficaz para cubrir las desigualdades y los desequilibrios que se provocan en la sociedad capitalista vigente, fruto del neoliberalismo reinante.
En cuanto a la calidad de vida y a la educación, las condiciones de vida en el conjunto de la población occidental del bienestar han subido, pero también hay más necesidades, más masificación, más competición, más individualismo insolidario, nuevas formas de exclusión social, nuevas formas de explotación del trabajador. La escuela como la institución que prepara para la vida desde un punto de vista formal, como la forma institucionalizada que nos prepara hacia nuestra incorporación a la vida productiva o a la vida laboral, como una forma de transición hacia la madurez como personas, no nos queda más remedio que plantear cómo la escuela y la educación institucionalizada están ligados al mercado de trabajo, especialmente cómo en la sociedad actual se plantea la educación, desde un punto de vista tecnocrático. La precariedad del empleo laboral se puede aplicar a las etnias, víctimas de la necesidad de la inmigración, que deben conformarse con los trabajos que no quieren los demás y con los más duros.
Es esta una situación contradictoria porque, por un lado, el mundo empresarial ejerce una fuerte presión para que la escuela, el sistema educativo formal, se adecue a las exigencias del mundo laboral y, por otra parte, en este mundo se respira un ambiente de desconfianza en relación con el hecho de que la escuela sea un fracaso para conseguir lo que exige el mercado. No olvidemos que el sistema escolar, entre otros, se institucionalizó con el fin de formar ciudadanos que comprendieran el impulso del sistema económico moderno y que las capas populares pudieran ser útiles a sus demandas. En Mallorca, la demanda más fuerte no se inició hasta pasados los años 60. La educación se convierte en un bien de consumo y de inversión, en varios sentidos: cultural, económico, social e ideológico. Las ONG podrían jugar un papel importante como creación de capital social lo que puede llegar a ser políticamente peligroso si las administraciones intervienen con la idea de acondicionarlo como un instrumento político en defensa de sus intereses partidistas y que pierdan su sentido solidario.
No obstante, la educación hoy se está deificando como si fuera la panacea de muchos de los males de esta sociedad, pero tendrá que cambiar muchas de sus estrategias actuales para conseguir concienciar a las personas de que los cambios educativos deben ir acompañados de una mentalidad más humanizada y no mercantilista. La división del trabajo, la estructura de clases, la jerarquización de las culturas..., condicionan e, incluso, fuerzan la escuela a ser un elemento de reproducción, sin olvidar que hay que tener en cuenta otras influencias socializadoras, como es el caso de los medios de comunicación de masas que, cada vez más, cumplen funciones que tradicionalmente se habían asignado a la educación escolar.
Para sintetizar, hay que indicar algunas de las circunstancias y tendencias que influirán en la necesidad de este reformismo político:
- Uno de los factores será el demográfico. Al crecer la población activa, habrá una demanda de puestos de trabajo, especialmente de jóvenes y mujeres, en el conjunto de la CEE.
- Tendencia a la saturación del mercado interior y, por tanto, se producirá la disminución de puestos de trabajo.
- El progreso tecnológico liberará mano de obra y aumentará el paro.
- Aumentarán los condicionantes externos a la CEE.
Y como consecuencia:
- Las aspiraciones a la plena ocupación laboral se verán limitadas.
- Las soluciones rebasarán el marco de los estados-nación.
- Se producirá la necesidad de combinar el cambio tecnológico con una acertada política en el ámbito científico y tecnológico.
- Se hará necesaria una política de reconversión de los sectores de servicios y el sistema educativo será uno de los afectados.
Esta sería el humanismo científico de que nos habla Josep M. Quintana. La socialización, la carrera académica, los factores sociales y personales condicionan tanto el recorrido escolar como el rendimiento del producto (capital humano) en el mercado. Factores que deben relacionarse con el origen familiar, con el grado de acceso a las redes de contacto e información, con las dependencias de los jóvenes en concreto, con la influencia familiar y ambiental, etc. Lo que supone la tasa de paro más elevada de la Comunidad Europea. Es probable que el fracaso escolar, que afecta a las familias con menos capacidad adquisitiva, sea el primer candidato a la exclusión social.
La formación formal actual no sirve a estas exigencias de futuro, y esto puede ser peligroso, ya que puede favorecer una privatización encubierta de las universidades, puede favorecer convenios con grandes empresas y también que, las investigaciones y las titulaciones se hagan de acuerdo con esta dependencia de intereses privados, pero que pueden condicionar la Institución y acentuar la mercantilización y hacer que las titulaciones sean las exigidas circunstancialmente por el mercado, y no para cubrir unas necesidades más globales, tanto de tipo social, humano, científico o técnico. En nuestro caso tenemos un ejemplo particular: el turismo y sus derivados. Se necesita gente que no necesita grandes titulaciones, como jardineros/as, camareros/as, servicio de limpieza, conserjes, guardas, etc. Estos trabajos son más abundantes que las que exigen titulaciones superiores.
4. La Problemática Concreta del Sistema Educativo en las Islas
La problemática educativa isleña tiene un grado importante de mimetismo hacia la dinámica del sistema educativo estatal. Suele ir a remolque de las problemáticas generadas por el reformismo que se vive en el estado, ya desde la Ilustración, y siguiendo el liberalismo decimonónico, hasta el neoliberalismo actual. Ahora que podemos disfrutar de las transferencias educativas, tenemos la oportunidad de comprobar hasta qué punto el centralismo se ha superado o si vivimos en un proceso de descentralización.
4.1. Educación, Lengua, Cultura y Territorio
La tecnología resulta un elemento acondicionador de cada cultura. Incluso puede resultar una herramienta deculturadora por su influencia en los modos de vida. Se produce una desterritorialización de la cultura que nos hace problemática la consecución de nuestra propia identidad, para superarla o enriquecerla. La animación sociocultural y las políticas culturales de las administraciones deben tener presente que las demandas, deben fomentar la participación ciudadana sin pretender entrar en el dirigismo cultural homogeneizador. La misma dinámica de la sociedad nos presiona para que interioricemos las nuevas formas culturales como un hecho entregado y aceptado: dependemos del coche, de las autopistas, los ordenadores e Internet.
La sociedad actual, aparentemente muy diversa y diversificada, vive un proceso de estandarización cultural, teniendo presente elementos diversificadores, pero siempre en un marco de control jerárquico de la situación y de la estructura social. Pero, al menos aparentemente, resulta evidente que en términos formales los avances en la «normalización lingüística» se pueden detectar. Cuando oficialmente se habla con interlocutores catalanófilos, se reconocen ciertos lazos culturales con la cultura catalana, sin más trascendencia, ni política, ni económica, ni, incluso cultural, en el sentido dinámico. En la escuela, casi todo en castellano y demasiado poco en catalán. El camino hacia la normalización del uso de la lengua catalana no es que haya sido lento, sino que ha retrocedido. La educación, es un elemento psicopedagogizado que favorece las culturas dominantes.
Aunque tengamos competencias educativas y de normalización del catalán, el problema es que el medio social no avanza al nivel que lo hacen los cambios sociales, especialmente en las zonas tradicionalmente urbanas. Incluso, hay un número más grande de capas de población que están más concienciadas de la necesidad de una normalización cultural y lingüística. Una simple estandarización del catalán muchas veces sólo sirve para no usarse más que en el contexto académico.
4.2. Problemática Social y Educacional en las Islas
La administración del Estado ha descentralizado con la constitución del Estado de las Autonomías, sin embargo siempre tiene presente que las directrices generales son patrimonio del poder central, emanadas de su reformismo uniformista o estandarizador. La capacidad de decisión en las cuestiones básicas es del Estado, por lo tanto la elaboración de un sistema educativo propio pasa por los condicionantes estatales y por el grado de financiación de que se disponga, con condicionados supraestatales como las directrices emanadas de la Comunidad Europea.
Los efectos en las Islas cada vez son más palpables, no sólo en las zonas turísticas y en la parte más urbana, también la parte foránea no turística se ve plenamente condicionada por el urbanismo y la especulación, no sólo territorial, sino en el sentido de que para subsistir se va adaptando al tipo de progreso urbano. La escuela sufre presiones de estos estilos de vida -más consumo, más bienestar, más formación, más educación, más años de vida-, pero lo que no se dice es hasta cuándo se podrá soportar el crecimiento tan desarrollista y destructor de los paisajes territoriales clásicos.
La movilidad ocupacional, el paro, el ocio, la estacionalidad, las minorías étnicas, son algunos de los problemas que nos afectan. Nos encontramos en un contexto de un turismo, en un ámbito de crecimiento económico sostenible, sino que nos encontramos en un crecimiento incontrolado y especulativo. En una sociedad de bienestar que seguirá ofreciendo nuevos desequilibrios, exclusiones sociales, culturales y educativos. El bienestar en las Islas no es sinónimo de calidad de vida en sentido cultural, social o de condiciones de vida para el equilibrio con la naturaleza ni con el territorio. Todo ello hace que cualquier sector de la realidad, sea la educación, la cultura social, el político o el económico, se resienta. Es el camino estructural hacia al industrialismo tecnocrático.
Tanto las herramientas de participación educativa como la social, desde la base, deberían contrarrestar esta dinámica, pero pienso que lo que puede suceder es que sea una fórmula más de privatización educativa, y de mercantilización de la educación. Los intereses privados pueden entrar a través de estas nuevas formas de individualización informativa en nombre de la modernización neoliberal. Es como si viviéramos una ilustración de los tecnócratas y los políticos y que las decisiones que afectan el bienestar de los ciudadanos son impuestos desde arriba. Con la excusa de abrir fronteras al localismo del sistema educativo actual, se pretende modificar la situación curricular de las Humanidades, pero sin un paso adelante para facilitar la formación de seres humanos capaces de comprender la realidad, con la capacidad de entender y generar cambios. Desde una concepción pedagógica que debe ir más allá del universalismo demagógico y del localismo cerrado, hay que impulsar la contextualización de nuestra cultura. El consenso para la calidad de la educación en la sociedad occidental esconde el enfriamiento para la consecución de una igualdad de oportunidades, ante la necesidad de impulsar un cambio hacia la rentabilización del sistema educativo, hacia el mercado socioeconómico dominante, a la manera del capital humano, sin una real intención de corregir desigualdades por razones de clase, etnia, género o cultura.