El Destino y la Torpeza Humana en la Tragedia de Santiago Nasar
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La Fatalidad como Resultado de las Torpezas Humanas en la Obra
El destino es uno de los elementos que dominan esta obra. Esta fatalidad se construye mediante la suma de pequeñas coincidencias que hacen que el desenlace sea una tragedia que se pudo haber evitado con otras actuaciones de algunos personajes de la obra.
Caminos del Destino en la Narrativa
Cuatro son los caminos por los que el destino se introduce en la obra:
- Contradicciones: La contradicción central de la obra es justamente que todo el pueblo sabe que van a matar a Santiago Nasar. La segunda gran contradicción es que, en una sociedad cerrada y puritana, donde todos se enteran de todo, Ángela Vicario hubiera podido perder su virginidad con alguien del pueblo y que no se supiera.
- Ambigüedades: Son muchos los hechos que ni los personajes ni el lector consiguen aclarar a lo largo del relato. Para empezar, la obra está organizada en la ambigüedad esencial acerca de quién cometió el crimen de honor del cual es víctima Ángela. La sensación que queda es la de que Santiago fue asesinado por algo que él no cometió, pero no hay certezas. Junto a esta, aparecen otras ambigüedades que colaboran en la creación de un ambiente funesto, por ejemplo, el tiempo.
- Casualidades Encadenadas: Las casualidades encadenadas contribuyen a la muerte. Así, Santiago, que casi nunca salía por la puerta de adelante, ese día lo hizo; Plácida Linero, que era capaz de predecir cualquier tragedia, se mostró incapaz de hacerlo; el mensaje deslizado a través de la puerta no se vio hasta horas después de la muerte.
- Interpretaciones Equivocadas: Las interpretaciones equivocadas se suceden a lo largo de los hechos y permiten que ocurra el crimen. Por ejemplo, los carniceros no atajaron a los Vicario porque pensaron que era cosa de borrachos; Plácida Linero cerró la puerta cuando vio a los Vicario porque pensaba que su hijo ya había entrado.
Interpretaciones sobre el Destino y la Responsabilidad
Visión Fatalista: El Destino Inevitable
Según esta interpretación de la obra, el destino es una fuerza tan poderosa que ha de cumplirse e impide a quienes podían haber protegido a Santiago interpretar correctamente las señales lógicas y los augurios.
Visión Crítica: La Torpeza Humana y la Indiferencia
Ahora bien, existe otra interpretación. Así, los personajes de esta novela no serían esclavos indefensos del destino fatal, sino que tratan de exculparse, justificando su pasividad con excusas y contradicciones. Muchas de las casualidades que componen la trama que acabó con la vida de Santiago tienen su explicación lógica.
Por ejemplo, Victoria Guzmán, la cocinera, sabía que los Vicario iban a matar a Santiago y no se lo dijo porque en el fondo quería que lo mataran. Del mismo modo, el alcalde debió impedir la desgracia; prometió ocuparse de eso al instante, pero entró en el club social y cuando salió ya se había cometido el crimen. El cura también pudo salvar a Santiago, pero la visita del obispo le hace olvidar que lo iban a matar.
Es decir, la tragedia se consumó por el rencor, la indiferencia y el olvido de los habitantes del pueblo. La causa de la muerte de Santiago no fue el cumplimiento del destino fatal, sino la torpeza humana.