Desvelando La Fundación: Personajes, Temas y el Profundo Mensaje de Buero Vallejo
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Introducción: La Ilusión y la Realidad en la Obra
El propósito subyacente en la obra es la necesidad de soñar con un mundo idílico, incluso cuando la realidad se impone con crudeza.
Personajes Clave y su Simbolismo
Los personajes de La Fundación encarnan diversas facetas de la condición humana frente a la opresión y la búsqueda de la verdad.
Tulio: La Hosquedad Soñadora
Tulio se caracteriza por su hosquedad e intransigencia. Sin embargo, su personalidad soñadora compensa estos rasgos. Aunque su primera impresión es engañosa y se muestra reacio a seguirle la corriente a Tomás, al final de la historia es quien en mayor grado se identifica con él. Dada su humanidad, su ejecución resulta particularmente dolorosa.
Max: La Bajeza Moral
Max se caracteriza por su bajeza moral, entregándose a fáciles compensaciones a cambio de una traición.
Lino: La Violencia y el Despertar
Lino, apático en un principio, es quien mata a Max en un acto de violencia. Su acción, sin embargo, podría haber comprometido la posibilidad de escapar. Lino lo reconoce y señala: “tengo que aprender a pensar [...] para entender qué es todo esto”.
Berta: La Conciencia y la Realidad
Berta es fruto de la imaginación de Tomás y corresponde a sus deseos. Tomás cree enteramente en esta ficción y necesita la presencia de su 'novia'. En este sentido, Berta actúa como la voz de su conciencia y de su subconsciente, intentando hacerle recordar dónde está. Berta aborrece la Fundación. A través de ella se filtran fragmentos de la realidad que Tomás conoce, pero prefiere ignorar. En la segunda parte, Berta muestra el deseo sexual y sus avances hacia la realidad, y al final, simboliza tanto la pena de la verdadera Berta como el dolor que sufre Tomás por sí mismo.
Temas Centrales en La Fundación
La obra de Buero Vallejo explora profundos temas universales, reflejando la condición humana bajo circunstancias extremas.
La Colectividad y la Represión
La colectividad, que subyace en el trasfondo de la obra, se hace presente en escena cuando un “coro de voces”, según la acotación, grita al unísono “¡asesinos!” como última despedida a Asel. Este momento revela cómo la situación que afecta a los cinco protagonistas trasciende sus casos personales y se convierte en testimonio de una represión generalizada.
La Lucha por la Libertad
El ser humano es presentado como un prisionero, encerrado en una sociedad engañosa con apariencia de mundo feliz. Tomás y Asel debaten si merece la pena luchar por la libertad. Tomás, inicialmente, huye de la lucha, pues se engañaba a sí mismo al negarse a admitir que vivía en una cárcel. Se muestra reacio al plan, considerando que ese túnel “no es libertad, sino el infierno”. Sin embargo, la muerte de Asel lo obliga a actuar, a “excavar el túnel espantoso hacia la libertad”. Asel, por su parte, es partidario de luchar siempre.
La Crítica a la Violencia
La crítica a la violencia se condensa en la intervención de Asel. Tomás y sus compañeros son víctimas de la violencia en sus distintas manifestaciones: la tortura, el hambre y las matanzas.
La Tortura y sus Consecuencias
La tortura resulta insufrible para cualquiera, y para escapar de ella solo existen dos vías: delatar a los compañeros, como hizo Tomás, o suicidarse (la opción de Asel). A pesar de la traición, perdonan al traidor e incluso lo ayudan a recuperarse de su demencia, producto del trauma causado por sus remordimientos. Por otra parte, el suicidio de Asel no se considera un acto de cobardía, sino un sacrificio.
El Hambre y la Deshumanización
El hambre ha causado la muerte de uno de los presos, y sus compañeros no dan parte de su fallecimiento para apropiarse, durante unos días, de su porción de comida. Los crímenes son una prueba de que la violencia solo engendra violencia, como se observa en el asesinato de Max a manos de Lino. A pesar de que Max es el culpable de la muerte de Asel, Tomás condena el crimen de Lino.
La Crítica a la Pena de Muerte y la Experiencia Personal
Las situaciones planteadas en La Fundación (la angustia de la espera, los planes de fuga, los conflictos entre compañeros, ocultar la muerte de un preso para apropiarse de su comida, etc.) fueron vividas por Buero Vallejo en primera persona, ya que estuvo condenado a muerte al terminar la Guerra Civil española.